Ningún día sin su mala noticia. Si anteayer era la carta publicada en The Lancet pidiendo una evaluación independiente de la gestión de la crisis del Covid-19 en España a causa de los pésimos datos de nuestro país en comparación con los de su entorno europeo, que nos sitúan entre el primer y el tercer puesto de fallecimientos por cada 100.000 habitantes (28.500 según datos oficiales, 45.000 por exceso de mortalidad), ayer fue que ya somos el país europeo que acumula más contagios: 314.362. Nos sigue Reino Unido con 310.667 casos; pero ha de tenerse en cuenta que este país tiene 66,5 millones de habitantes y nosotros 47, por lo que la incidencia es mucho mayor en España.

"¿Cómo es posible que España se encuentre ahora en esta situación?", se preguntan los especialistas firmantes de la carta de The Lancet. También se lo preguntan los ciudadanos, la mayoría viviendo una rara situación de angustia y esperanza, miedo y valor, sospecha y confianza, preocupación y olvido activo, cabreo y resignación. Salvo, naturalmente, quienes comulgan con las ruedas de molino del Gobierno y creen que cualquier crítica, hasta cualquier dato que contradiga la información oficial (como el desfase en el número de fallecidos), es fruto del cabreo de quienes no toleran que gobierne el país una colación de progreso y hasta de una conspiración de políticos, medios y agentes de extrema derecha.

De momento el verano con su relativa cámara lenta y la parodia del exilio de Juan Carlos I, dicen que forzada por el Gobierno con reticencias por parte de Felipe VI, dan un cierto y engañoso respiro a la preocupación de los ciudadanos. Bastante tienen con lo que tienen y con lo que tantos expertos anuncian para el otoño. Expertos que pintan futuros tan oscuros como Rafael Bengoa, director del Sistema de Salud de la OMS, que cree que ya es tarde para controlar una ola de Covid en otoño: "Hemos sufrido una falsa seguridad, nos hemos confiado en que en el desconfinamiento iban a ocurrir dos cosas: que la población, sobre todo los jóvenes, iban a respetar todas las medidas y que el sistema de control epidemiológico local estaba montado… Ya no hay tiempo para hacerlo bien [si viene una segunda oleada de coronavirus en septiembre]". ¿También este experto -se equivoque o no, sea pesimista o realista- es un reaccionario que aprovecha la crisis sanitaria para atacar a un Gobierno de progreso?