Vamos a ver qué depara hoy el bombo continental y cómo se cierra la ventana estival de fichajes. Lo primero es algo azaroso, sobre todo para un Betis que parte con la desventaja de sus pobres antecedentes, lo que lo coloca en una situación de considerable desventaja. Lo otro, lo del cierre del mercado veraniego es un cante desafinado, pues no tiene sentido que su cerrojazo llegue cuando se habrá iniciado la tercera jornada de LaLiga.

La Liga y su andadura tan certeramente procelosa, sobre todo desde que la patronea el inefable Javier Tebas, ese hombre tan repudiado en todos los campos, según se extrae de la banda sonora de cada uno. Y en el meollo de cuanto rodea a la que fuese Liga de las Estrellas hay que hacer hincapié en la milonga de llevar uno de sus partidos a los Estados Unidos de América. Esto eclipsa un puñado de casos más, léase VAR y sus manejos, césped de Zorrilla u obras en Vallecas.

Hubo una vez una mente preclara que llegó al fútbol para lograr que al Coruña lo conociesen como Superdepor y que ha levantado la voz para demostrar la estulticia de tamaña excursión. Nada menos que al otro lado del charco se quiere llevar un partido del Madrid o del Barça y la rumorología al uso juega con el Girona-Barça y con el Betis-Barça como candidatos a tan dudoso honor. Y aquí es cuando ya no se comprende nada, pero que nada de nada, absolutamente nada.

El único paliativo que le veía a este invento es que el partido a trasladar fuese uno en que el coloso de turno fuera anfitrión. Ganarle a cualquiera de los dos es tarea difícil de por sí, pero yendo de local existen más posibilidades de que David abata a Goliath. Y después llega la cara sentimental, la de esos socios que sacaron su carné a sabiendas de ver en directo a Messi o Bale. Y dice Tebas que él llevará a los socios a América de gratis total. Amos, anda, Javierito, qué cosas dices.