Ojú, ¡qué lío!

08 de septiembre 2025 - 03:10

La capacidad política es indiscutible, la habilidad para defenderse en un contexto hostil, también. No hay más que mirar que María Jesús Montero sigue sorteando dos años sin Presupuestos Generales del Estado y está camino de hacerlo también un tercero. Gobernar el Ministerio de Hacienda sin cuentas actualizadas no es un cometido precisamente apetecible, pero ahí sigue.

Claro que una cosa es la “contabilidad creativa” (por usar una expresión que pronuncia bien un relevante asesor en la cúpula del poder) y otra muy diferente torear los argumentos políticos. Y ahí está el problema, tal y como estaba previsto. María Jesús Montero ha podido compaginar los pares y nones de la financiación singular para ERC con un discurso de candidata a la Junta de Andalucía. Pero ha sido hasta aquí.

Ella lo sabe perfectamente, como también sus rivales políticos más directamente implicados, desde Junqueras hasta Juanma Moreno, que va a explotar todo lo posible el principal flanco débil de quien aspira a sustituirlo en el Palacio de San Telmo.

El inicio del curso político que María Jesús Montero inauguró el viernes ante todos los representantes institucionales del PSOE en las cámaras fue el ejemplo del lío que se le viene encima. Montero defendía que la condonación de la deuda a las comunidades autónomas (que ha exigido ERC) “beneficia sobre todo a Andalucía”. Una realidad que, según la vicepresidenta primera del Gobierno, “se demuestra con números” pero que también es fruto de una intencionalidad política clara: “Si hay que ayudar más, fortalecer más, privilegiar más a una parte del territorio, será al sur de España, a Andalucía, a Extremadura, a los entornos en donde necesitamos un impulso añadido para poder desarrollar toda nuestra potencialidad”, dijo a los socialistas andaluces en Montilla. Es más, defendió que su acento va mucho más allá de su forma de hablar, y que tiene que ver con su forma de ver las cosas y de gestionar “pensando en Andalucía”.

Justo lo contrario de lo que reclaman los socios de ERC y Junts a Pedro Sánchez, quienes piden precisamente un trato preferente para Cataluña como base de sus relaciones con el Ejecutivo central. Un trato preferente, financiación singular incluida, que los socialistas han firmado. Es evidente, por otra parte, que la más mínima crítica que le hagan los independentistas a Montero será una bendición para ella.

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