NOTAS AL MARGEN
David Fernández
Un milagro por Navidad: salvemos al país
El asombro de Damasco, como ustedes saben, es una zarzuela de mentiras, enredos y fingimientos con ingenioso libreto de Antonio Paso y Joaquín Abati y vibrante partitura de Pablo Luna. Se estrenó el 20 de septiembre de 1916 con inmenso éxito en el Apolo de Madrid. 119 años después una versión actualizada se representa casi a diario bajo el nombre de El asombro de Moncloa, con no menos mentiras, enredos y fingimientos que los utilizados por los tres desaprensivos pretendientes de la bella Zobeida.
No es la Moncloa el único escenario de estas representaciones. Estos días estamos viendo cosas como la despedida con aplausos del fiscal general del Estado camino de su juicio sin banquillo por revelación de secretos o la comparecencia auto exculpatoria de Ángel Víctor Torres con el trasfondo de los elegantes mensajes intercambiados entre Koldo (“Te doy mi palabra de que me vas a tener para lo que te salga de los cojones”, “Si lo consigues me dejo violar por ti”) y él (“¡No hay puta manera con Illa! Le he pedido un jodido mes de prueba y ni así”, “Esta mierda te la soluciono”, “Déjame el día de hoy que me voy a cagar en todos los santos con la responsable económica. Y o lo soluciona o la levanto para el aire”). Pero la Moncloa sí es el laboratorio en el que se gestan.
La penúltima representación la protagonizó Pilar Alegría acusando a Feijóo de una “falta absoluta de liderazgo” que “ha dejado en manos de la ultraderecha el futuro” de la Comunidad Valenciana. “Han decidido –dijo– que sea Vox quien decida en Valencia”. Tan asombroso es el discurso como que no le entrara un ataque de risa floja o se le subieran los colores. Porque lo decía la portavoz de un Gobierno formado con populistas de izquierdas y sostenido con pinzas por los siete votos de Junts sumados a los de EH Bildu, ERC o el PNV, potaje de formaciones radicales y conservadoras al que llaman mayoría de progreso. “Que sea Vox quien decida en Valencia” es horroroso, vergonzoso, la demostración de la “falta absoluta de liderazgo” de Feijóo. Pero que quien decida en España sea un prófugo de la justicia que obliga a los representantes del PSOE –uno de ellos actualmente encarcelado– a reunirse con él en Suiza, por lo visto, es una cosa estupenda. Pasen, pasen y vean El asombro de Moncloa.
También te puede interesar
Lo último