Más pijerío, por favor

VAQUEROS con agujeros. Camisetas con agujeros. Medias con agujeros. Faldas con agujeros. Cazadoras con agujeros. Zapatillas con agujeros. Ofú.

El bucle incesante de las tendencias que vienen y van sigue su ritmo, y la estética destroyed aterriza de nuevo. Parece que siempre vuelve en cuanto mejora el tiempo. Oye, a ver si va a ser por pura utilidad y los agujeros son para ventilar. Quizá así se justifique más eso de pagar por una prenda que, básicamente, está rota. Pensándolo bien: no. No se justifica ni por esas.

En cualquier caso, se hace necesario contrarrestar ese aspecto de vagabundo de algún modo. Sí, porque esto es como un tweet que una amiga me leyó hace tiempo: ¿por qué las modelos se ponen un moño alto y están estupendas y yo parece que vengo de vender droga? Pues eso. Que los mortales no podemos interpretar literalmente una tendencia porque estamos, hablando claramente, ridículos.

Volviendo al tema en cuestión, la clave para hacer ponible la tendencia del destroce sería tomar algunos elementos del look puramente pijo para suavizar el aspecto de 'chico malo'. Por ejemplo, combinando un pantalón lleno de agujeros con una camisa azul, ya sea lisa o de rayas. Si tiene iniciales (aunque no sean las tuyas) mejor. O coger una de esas camisetas efecto polilla (sí, esas que simulan que tienes a una familia entera de estos bichos viviendo en tu cajón) y plantarse encima una blazer de espiga con coderas y forro de color llamativo (¿hay algo más pijo?). O bajarle la intensidad a unas zapatillas agujereadas con pantalones tipo chino de color beige; mejor si llevan además el bajo remangado y se ven los tobillos.

Aunque lo más efectivo suele ser tirar de calzado pijo: mocasines, zapatos de cordones, o incluso náuticos. Y no vale quedarse a medias. Los mocasines tienen que tener borla, los zapatos, del típico tono marrón; y los náuticos, de color camel.

Y sin haberlo querido, inventamos una nueva tendencia. El pijo destrozado. A ver lo que tarda Kate Moss en hacernos caso.