La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Los caídos de la Sevilla de Oseluí
Situada en cuarta posición en la escala de favoritos de esta Eurocopa que está a punto de arrancar, aquellos fastos del cuatrienio mágico no parece que vayan a reaparecer. La selección española se halla relegada por detrás de Francia, Alemania e Inglaterra según sentencia la crítica internacional, conque cualquier lugar al sol del podio definitivo sería acogido como un éxito. Nada que ver con aquel periodo de 2008 a 2012, pero un éxito.
Emparedar un Mundial entre dos Eurocopas no está al alcance de cualquiera. Lo que inició Luis Aragonés lo mejoró Del Bosque, luego vinieron los varapalos de Brasil y todo pasó a mejor vida. Ahora somos cuartos según algunos y lo cierto es que las últimas experiencias no dan para más; incluso es más que posible que den para menos. Y en el ínterin, las contrariedades de turno junto a las decisiones de un seleccionador que hizo del capricho su forma de conducirse.
Los ensayos no dan pie al optimismo y lo de Busquets hace que las cosas se vean de mala manera. Si la lista primigenia de convocados era rarita, esa repesca de cinco futbolistas suena aún más extraña. Alguno que apenas contó para el seleccionador y un veteranísimo como Albiol que no era convocado desde el Pleistoceno hace que esa repesca extrañe más de la cuenta. Y junto a todo esto, el empecinamiento del seleccionador que tuvo primero con Alba y ahora con Aspas.
La competición echa a andar el viernes y la hora de la verdad para los nuestros se fía para el lunes con Suecia, que a falta del lesionado Ibrahimovic amenaza con Isak, el eficiente ariete de la Real. Y todo, con el equipo español entrenando de forma individual, con lo que llegaremos al día de autos con el repertorio de automatismos bajo mínimos. Son sensaciones tendentes al pesimismo que nos llevan a ver esa cuarta posición que nos adjudican como un lugar nada desdeñable.
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