La ciudad y los días

carlos / colón

El sistema tragaperras

EN el texto introductorio de la Guía del Paisaje Histórico Urbano de Sevilla se dice que su punto de partida fue el Seminario de Ciudades Históricas celebrado en nuestra ciudad en noviembre de 2006 para marcar objetivos concretos que permitan orientar decisiones futuras que afecten a "la riqueza y complejidad de Sevilla", entre ellos "regenerar el medio ambiente urbano y periurbano" y "cualificar la integración del Patrimonio Cultural en el paisaje contemporáneo".

Estupendo. El único problema es que mientras en 2006 se ponía en marcha este proyecto, sobrado de buenas intenciones sostenibles, integradoras, regeneradoras y respetuosas tanto para con las necesidades actuales de una ciudad moderna como para con su patrimonio histórico y cultural, el alcalde era Sánchez Monteseirín, se había ejecutado La Piel Sensible que desnaturalizaba una de las plazas más antiguas de Sevilla, se estaba enlosando cual chalé cateto toda la Alameda con malos pavimentos rápidamente degradados, construyéndose las setas y presentándose los proyectos de lo que hoy ya es la torre Pelli. Todo con el visto bueno de las comisiones, la voz de su amo, que actúan en función del color político de quien gobierne la ciudad según nuestro sistema tragaperras. Se presenta un proyecto, se aprieta el botón y si coinciden las dos rosas del PSOE en el Ayuntamiento y la Junta se aprueba cualquier cosa por monstruosa que sea; si por el contrario sale la gaviota del PP en el Ayuntamiento y la rosa del PSOE en la Junta, se ponen todas las trabas posibles al proyecto en nombre del cuidado del patrimonio histórico.

El caso más reciente es que la misma Comisión de Patrimonio que nada tuvo que decir sobre las setas o la torre Pelli (¡premio!, rosa PSOE Ayuntamiento y rosa PSOE Junta en el tragaperras) se opusiera al proyecto del puente de la Cartuja (¡fallo!, gaviota PP Ayuntamiento y rosa PSOE Junta en el tragaperras) "por su impacto sobre el Monasterio de Santa María de las Cuevas y el Pabellón de la Navegación, ambos declarados bienes de interés cultural". Por lo visto la torre Pelli no supone ningún "impacto" sobre ellos. Está claro que esta gente ve la paja/puente en el ojo ajeno pero no la viga/rascacielos en el suyo.

Así que hay razones para el escepticismo en lo que se refiere al interés de los señores del IAPH, y sus sesudos y muy académicos consultores, por el paisaje histórico urbano de Sevilla.

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