EL pasado 28 de febrero y en su sede de la calle Rioja, Diario de Sevilla, verdadera joya de la corona del grupo editorial andaluz Joly, celebró su vigésimo cumpleaños de presencia activa y constante en la vida de Sevilla y su provincia, ocupando la vanguardia de la información veraz y de calidad en los ámbitos de la empresa y del trabajo, de la cultura y del arte, de la política y de la justicia: "Buscando la verdad y contándola".

A lo largo de cuatro lustros ha sido un claro ejemplo de periodismo objetivo e imparcial, alejado de posturas partidistas, un cronista leal e independiente de la vida sevillana, narrador de eventos relevantes y de actualidad acaecidos en una ciudad compleja, singular y plagada de dualidades.

En relación con la Justicia, la información ofrecida, contrastada y veraz, ha abarcado todo género de asuntos dotados de una mínima relevancia, suministrando a los lectores datos y noticias que la opinión pública quería conocer, sin invadir parcelas reservadas a la actuación judicial, sin menoscabar de manera directa e intencionada derechos esenciales de los implicados en procesos que se ventilan en Juzgados y Tribunales, y sin criticar de modo gratuito e infundado las decisiones de éstos. Sobresaliente ha sido en los últimos tiempos el seguimiento puntual y la cobertura detallada de la instrucción de "macrocausas" y de procesos penales de singular interés informativo, y en especial del juicio de mayor repercusión mediática de la Audiencia sevillana, no sólo por su inusual y desmesurada extensión sino también por la enorme expectación despertada en todos los ámbitos de la vida andaluza.

Mientras Diario de Sevilla celebra sus veinte años de vida empresarial y periodística, la Justicia, como pilar fundamental del Estado de Derecho y contrapeso -junto con los medios de comunicación social- del poder político, sigue reclamando salir del estado de postración en que se está sumida desde tiempo inmemorial; y se encuentra así porque no ocupa la primera línea del debate político, ni constituye una prioridad presupuestaria, con olvido de que invertir en Justicia es hacerlo en seguridad jurídica, en desarrollo económico y en bienestar social.

"La Justicia sigue reclamando salir del estado de postración en que se está sumida"

En España la ratio de jueces por habitantes no alcanza la mitad de la media europea. Resulta manifiestamente insuficiente la dotación de medios personales y materiales para hacer frente al volumen de asuntos que se acumulan en las dependencias judiciales. Los estándares tecnológicos están alejados de los que disfrutan la Sanidad y la Administración Tributaria. Están paralizadas las reformas organizativas para revisar la distribución territorial de los partidos judiciales, y poner en marcha la colegiación en los órganos unipersonales, superando el modelo caduco de "un juez, un juzgado".

Los jueces, como encargados de transformar el Derecho en Justicia, soportamos las deficiencias estructurales de un sistema obsoleto y agotado, y, además, buena parte de la ciudadanía nos culpabiliza del funcionamiento insatisfactorio de la Administración de Justicia.

Después de esta incursión en la situación de la Justicia, sólo me resta felicitar tanto al Grupo Joly, y en particular a Diario de Sevilla, que se ha ganado a pulso el reconocimiento de la sociedad a la que sirve, como al conjunto de los profesionales, que día a día se esfuerzan en ofrecer una información honrada y digna.