Lorenzo Reinado

Expansión de mentiras y rumores

La economía de los discursos ha quedado destrozada: ha pasado de la escasez a la abundancia, de la concentración a la dispersión. La aceleración de los intercambios en las redes sociales y su inestabilidad crean las condiciones de una verdadera guerrilla de relatos, basados principalmente en la provocación y la transgresión como fórmulas idóneas para el enfrentamiento y la crispación. Cada uno de nosotros es virtualmente su propio medio de información y está alternativamente en situación de ofrecer y de demandar opiniones, informaciones, discursos. Todos somos productores de enunciados que buscamos para legitimarnos, portadores de relatos dudosos. La difusión ha pasado de ser vertical a horizontal, sin un centro neurálgico. El modelo ya no es autoral, sino viral y epidémico. Esta dinámica ha creado una especie de incredulidad generalizada, y también de sospecha, que a un nivel más profundo trasluce un hundimiento de la confianza en el lenguaje. La falsa moneda de las mentiras y de los rumores no deja de expandirse. Los productores de relatos (medios de información, agencias de comunicación, políticos, youtuberos, influencers...) se multiplican y especulan con una moneda poco fiable. Prosperan los defraudadores y los especuladores, al igual que los troles, volcados en prácticas manipuladoras de desorientación, de desinformación y de propaganda. Y se difumina la división entre lo verdadero y lo falso, la realidad y la ficción. 

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