Hay un novato ministro nombrado hace dos días, como quien dice, don Félix Bolaños García, nuevo en esta plaza de La Moncloa, con una misión tripartita: Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática (casi nada). Como acaba de llegar a la obra, desconoce la separación de poderes y como ha visto no hace mucho el nombramiento de la fiscal general del Partido (y no del Estado), que de ministra de Justicia ha pasado a "Fiscala" del PSOE, Dolores Delgado García, opina que todo es igual y todo el campo es orégano. La debe nombrar el Rey a propuesta del embudo del Gobierno y sin dictamen del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), algo que al pueblo español le ha sonado a tongo. Si a ello unimos que a la pareja actual de esta "Fiscala", don Baltasar Garzón, hay que revisarle por qué fue retirado de su cargo de la Judicatura, ya tenemos un otoño calentito junto con la tercera dosis y la vacuna gripal. El PP se ha quedado en este caso de las renovaciones del CGPJ fuera de juego y no quiere jugar un partido con el árbitro comprado, cosa que vemos acertada una mayoría de los españoles aunque este ministro nos ponga la Carta Magna como si fueran los Evangelios según San Pedro Sánchez.