La Guardia Civil descarta que las muertes de los ancianos de Lora del Río fueran violentas

Los investigadores no hallaron heridas ni de defensa ni de ataque en el piso en el que aparecieron los cuerpos

Las autopsias serán determinantes para explicar cómo murió el matrimonio

Un empleado del Tanatorio Nervión retira uno de los cadáveres hallados en Lora del Río.
Un empleado del Tanatorio Nervión retira uno de los cadáveres hallados en Lora del Río. / Antonio Pizarro

La Guardia Civil ha descartado que las muertes de los dos ancianos hallados en su piso de Lora del Río fueran violentas. Así lo ha confirmado un portavoz de este cuerpo tras la primera inspección ocular en la vivienda del número 99 de la avenida Prim en la que fueron encontrados los cuerpos la mañana de este miércoles. No se han hallado signos de violencia en el domicilio, ni ninguno de los cadáveres presentaba heridas de defensa o ataque.

Fuentes del caso han explicado que el cuerpo del hombre, de 91 años, se encontraba tumbado en la cama y tenía espuma en la boca. Su esposa, de 84, estaba en el cuarto de baño, con un golpe y sangre en el rostro. Este golpe podría ser compatible con una caída. Se descarta, por tanto, que se trate de un doble homicidio o de un suicidio pactado.

Una de las teorías en las que trabajan los investigadores del equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil apunta a que pudo producirse la muerte accidental de la mujer y el posterior suicidio del hombre ingiriendo algún fármaco, si bien esta hipótesis tendrá que ser confirmada a través de las autopsias.

Los cadáveres fueron hallados pasado el mediodía en su domicilio, un piso bajo del 99 de la avenida Prim. Un médico con el que tenían cita alertó de que el matrimonio no había acudido a la consulta, al tiempo que los vecinos llamaron a los Bomberos alarmados porque llevaban días sin saber nada del matrimonio ni escuchar ruido en la casa.

Policías y guardias civiles en la puerta del bloque.
Policías y guardias civiles en la puerta del bloque. / Antonio Pizarro

Los Bomberos de la Diputación tuvieron que cortar las rejas de una ventana para acceder al piso y encontraron a los dos ancianos sin vida. La Policía Local de Lora del Río y la Guardia Civil entraron en el domicilio y custodiaron el piso hasta la llegada de la Unidad de Criminalística y de la comisión judicial. Un precinto policial protegió la entrada al inmueble, en el que estaba aparcado desde poco después del hallazgo la furgoneta del tanatorio Nervión en la que fueron trasladados los cadáveres.

La comisión judicial ordenó el levantamiento de los cuerpos sobre las tres y media de la tarde. Los cadáveres fueron llevados al Instituto de Medicina Legal de Sevilla, donde les serán practicadas la autopsias en las próximas horas. Estas pruebas serán determinantes para confirmar que no fueron muertes violentas o si por el contrario hay alguna lesión que no haya sido detectada en la primera inspección ocular.

El matrimonio fallecido era natural de Castro del Río (Córdoba), si bien había vivido la mayor parte de su vida en Cataluña. Hace unos años, los ancianos regresaron a Andalucía. Vivieron primero en Lora del Río, en la barriada de las Huertecillas, y luego se mudaron a su localidad natal. Desde hace un año y medio regresaron de nuevo a Lora, al piso en el que residían y en el que fueron hallados muertos.

La pareja no tiene descendencia. Ella tenía una sobrina en Lora, que estuvo en todo momento en la puerta del bloque mientras la Guardia Civil y la comisión judicial trabajaban. La mujer no quiso hacer declaraciones a los medios que se encontraban en la puerta de su casa porque estaba muy afectada por lo ocurrido. La señora estuvo arropada por los concejales del Ayuntamiento de Lora Álvaro Aranda y Federico Cuevas.

Hace unas semanas, la mujer muerta había sido ingresada en un asilo de la localidad, pero el marido la sacó del mismo a los pocos días y se la llevó de nuevo a casa. No había ninguna denuncia por violencia de género ni nada relacionado y los vecinos aseguran que era un matrimonio que se llevaba bien y no discutían. La mujer había sufrido un ictus hace tiempo, tenía una dolencia en la cintura y afectada la movilidad, de manera que caminaba con la ayuda de un andador.

La Guardia Civil ha precintado la vivienda y está previsto que se realicen nuevas pruebas en la misma para continuar con la investigación. También se ha descartado que una tercera persona pudiera provocar las muertes de los ancianos, ya que no había nada revuelto, no faltaba nada y la vivienda estaba cerrada por dentro.

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