El derbi ya se acabó... al menos en el terreno de juego. Y el Betis mira ya al partido ante el Valencia después de haber disputado otro encuentro de la máxima rivalidad sevillana que en clave verdiblanca dejó cosas positivas y negativas por cómo transcurrió un encuentro que fue una montaña rusa de sensaciones y emociones en los más de 90 minutos que se jugaron.

En la parte positiva, la mejor noticia para el equipo de Manuel Pellegrini fue la sensacional actuación de Édgar, el mejor de su equipo, con diferencia. El central catalán, mucho más sereno y maduro en el derbi que su compañero Pezzella, salvó el remate a gol de Rafa Mir en la primera parte y en la segunda estuvo impecable tanto en el juego aéreo como en la rapidez y reflejos a la hora de cortar acciones de peligro casi en la raya de gol, siendo el gran pilar del Betis para sobrevivir con nueve jugadores.

Édgar fue el mejor del Betis y demostró que debe formar pareja de titular con Luiz Felipe

De hecho, esa supervivencia de jugar con dos hombres menos también fue digno de resaltar dentro de la mentalidad competitiva que Manuel Pellegrini ha inculcado a sus pupilos. Por todo ello, el punto logrado fue bueno en función también de que los de Heliópolis mantuvieron la cuarta plaza en la clasificación empatados a 24 puntos con el Atlético de Madrid, tercero.

En el apartado negativo, en cuanto a lo que pasó en el campo, quedaron las dos expulsiones. La de Fekir puede tener algo de defensa, pero con el VAR muy pendiente de todo y con el rival con un hombre menos, la sobreexcitación le jugó una mala pasada, ya que volvió a sacar los brazos para ser expulsado otra vez.

Menos justificable fue la cartulina roja que vio Borja Iglesias, que inmediatamente vio que se había equivocado con esa acción sobre Joan Jordán al dejar a su equipo con nueve jugadores en el campo más de cuarenta minutos.

Fekir volvió a sacar sus manos y brazos por enésima vez y el 'Panda' se equivocó por completo

Lo que había pasado de un partido de cara, con superioridad numérica y marcador a favor, dio paso a todo lo contrario, con el partido más de cara para el rival. Una vez más, el Betis sigue dándose tiros al pie a sí mismo en un derbi y demostrando, y no sólo el equipo verdiblanco actual, sino los Betis de otras épocas, que no acaba de saber jugar estos partidos.

Y así se refleja en los datos, ya que si apenas gana en sus visitas a Nervión, en Heliópolis, menos, pues de los últimos 18 encuentros en La Palmera sólo ganó 2, empatando 8 y perdiendo otros 8. Una cuestión para hacer autocrítica en el club verdiblanco a la hora de saber manejar las claves de este tipo de enfrentamientos. El próximo derbi, no obstante, llegará ya en mayo del año que viene, y los verdiblancos se centran ya en la cita ante el Valencia, porque el derbi ya se acabó. Al menos, en la hierba.