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Un Betis con los pies de barro

  • El equipo verdiblanco, a falta de tres jornadas, lleva encajados 57 goles, cinco más que en el total del curso pasado.

  • La debilidad en el eje de la defensa, otro error de la planificación.

Miguel Torrecilla da explicaciones durante una de sus comparecencias públicas en la presente temporada.

Miguel Torrecilla da explicaciones durante una de sus comparecencias públicas en la presente temporada. / juan carlos muñoz

Una de las causas de otra mediocre temporada del Betis es la debilidad defensiva. Un error que arrastraba el cuadro verdiblanco en su planificación desde temporadas anteriores y que este año, de la mano de Miguel Torrecilla, tampoco ha sido capaz de corregir, tal como reflejan los números. Los de Heliópolis, a falta de tres encuentros por disputar, han encajado 57 goles, cinco más (52) que los que recibió, en total, la campaña pasada, y eso después de realizar importantes inversiones en el mercado de verano, y en el de invierno, para intentar reforzar una zaga muy débil.

Fueron los casos de Mandi (2.800.000 euros), la cesión de Donk y el fichaje de Tosca (1.000.000), que se unieron a Pezzella y Bruno, que seguían de la temporada pasada, sin obviar a José Carlos, que definitivamente pasó a formar parte del primer equipo tras subir del filial. Para los laterales llegaron Durmisi (2.000.000) y la vuelta de Álex Martínez, en el izquierdo, y Piccini ha competido con Rafa Navarro en el derecho, aunque los principales problemas defensivos de los verdiblancos se han producido, principalmente, en el eje de la zaga, quedando en evidencia, una campaña más, la urgencia que tiene el Betis de reforzar el centro de la defensa con físico de élite, centímetros, contundencia, agresividad... Características que se echan en falta en Heliópolis, además de centrocampistas defensivos, también con ese perfil, para reforzar, todavía más, la columna vertebral.

Esta endeblez atrás ha quedado patente en las cinco goleadas que el Betis ha recibido en lo que va de Liga. La primera se produjo, en el inicio del curso, en el Camp Nou, frente al Barcelona (6-2), con Gustavo Poyet en el banquillo. "Nuestra Liga comienza el viernes que viene", dijo el uruguayo en sala de prensa, aunque ya ahí, como en algunos partidos de pretemporada se comprobó, se vislumbraban ya los problemas defensivos. Así se pudo comprobar, también, en el 1-6 que el Real Madrid le endosó a un cuadro bético que encajó la mayor goleada de su historia como local. Posteriormente, con la llegada de Víctor Sánchez del Amo, el equipo heliopolitano empezó a jugar con un 5-3-2, que frenó un poco la sangría de goles recibidos, hasta que volvió a aparecer la realidad. Goleada (4-1) y pésima imagen frente al Granada en Los Cármenes, otro 4-1 encajado en Las Palmas e idéntico marcador, el pasado domingo, ante el Alavés, en la mayor goleada a domicilio del cuadro vitoriano en su historia.

Guarismos que reflejan la fragilidad de la defensa bética, que otro año más sigue sin tener un líder. Pezzella es el que más está jugando (2.876 minutos) y ha sido el más aseado dentro del nivel bajo de la zaga, Mandi (2.082) está firmando un pésimo tramo final de temporada y no ha demostrado ser un central de jerarquía, Tosca (1.322) tampoco ha elevado el nivel de la línea defensiva, Bruno (1.242) no ha contado con demasiadas oportunidades, José Carlos (496), cuando ha jugado, ha estado a un nivel muy similar al del jugador rumano, y Donk (861) hace mucho tiempo que perdió protagonismo.

Así, de cara a la próxima temporada, y ante la ausencia de una base, el Betis está llamado a reforzar el centro de la defensa y la parcela defensiva del centro del campo, con el fin de enmendar una planificación que ha dado como resultado un equipo verdiblanco con pies de barro.

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