Real Betis

Fekir piensa en el Betis y sólo en el Betis

  • Uno de los mejores regateadores de la Liga apunta a esquivar dos factores principales en este tramo de campaña: las rotaciones y la distracción del inminente Mundial

  • En los dos años anteriores con Pellegrini, sólo salió del equipo por causas de fuerza mayor

  • Hace dos años que Deschamps no cuenta con él y su citación para Catar es hoy más que improbable

  • Fekir, preparado para el Tourmalet

Fekir escucha una divertida confidencia de Airor Ruibal en un entrenamiento.

Fekir escucha una divertida confidencia de Airor Ruibal en un entrenamiento. / Juan Carlos Muñoz

Confirmado este jueves que Nabil Fekir ya trabaja al mismo ritmo que sus compañeros, integrado en el trabajo de grupo y ansioso por retornar al equipo este domingo en Balaídos ante el Celta, asoma para el gran mediapunta francés un horizonte muy nítido, de un rabioso color verde. Verde Betis. Por dos factores: Manuel Pellegrini ha solido mantenerlo en las alineaciones cuando tocaban rotaciones por la alternancia de partidos de Liga y europeos, y ese polo de distracción que para muchos jugadores ya es el inminente Mundial, para el bético lo es mucho menos, dada su improbable citación para la gran cita futbolística.

Fekir, pues, piensa en Betis sólo Betis. Y eso que ganará un equipo, el verdiblanco, que aunque ha salvado con nota la ausencia de su gran referente ofensivo, siempre va a elevar sus prestaciones con el lionés hollando la hierba. El campeón del mundo hace que todo encaje mejor: Canales es más Canales y se asocia en los tres cuartos de cancha, Borja Iglesias se engancha al francés desde arriba hacia los costados y en la libertad que disfruta el dorsal 8, hasta Álex Moreno arranca más la moto por la izquierda con el galo en el campo. Procura Fekir un Betis más amenazante e intenso porque la pelota es más suya con Fekir y el centro de gravedad del juego se acerca más al área contraria.

Se ha visto en estos casi cinco partidos sin él: 80 minutos largos en el Santiago Bernabéu, desde que se lesionó en el minuto 11, y los encuentros completos en el Benito Villamarín, ante Villarreal y Girona, más los continentales en Helsinki y en Sevilla ante el Ludogorets. En este periodo, el Betis ha competido, sí, y ha ganado cuatro de los cinco pulsos, pero sin exhibir su característica intensidad ofensiva, y enredado en partidos más de ida y vuelta. Con un ataque más discontinuo. Y echando en falta alguien que tuviera más la pelota arriba y desahogara con el marcador ya a favor.

Ahora, tras la pausa de dos semanas por los partidos de las selecciones, aparece un tablero de juego nuevo para Manuel Pellegrini, que habrá de gestionar los 8 partidos de Liga y 4 de Europa League antes de que el 9 de noviembre, vuelva a cortar el campeonato doméstico para que los focos apunten ya al unísono a Catar. Sin ir más lejos, la primera ecuación a resolver se plantea con la visita a Vigo este domingo, ligada al importante partido en Roma cuatro días después. ¿El grueso de titulares ante el Celta para consolidarse en zona de Liga de Campeones? ¿Mejor reservar algunos para amarrar ese primer puesto de grupo cuanto antes y salvar la molesta eliminatoria con un rebotado de Champions?

Hace un año, ante un panorama similar al inminente, con la alternancia de partidos de Liga con los dos partidos seguidos ante el rival directo por acaba primero de grupo en la Europa League (entonces fue el Bayer Leverkusen, ahora será la Roma), Pellegrini tiró de rotaciones, pero Fekir tardó en entrar en ese carrusel. Jugó el 18 de octubre el partido completo en Vitoria (0-1), tres días después el del Leverkusen en Sevilla (1-1), también los 90 minutos ante Rayo y Valencia en el Villamarín, el domingo 24 y el miércoles 27, respectivamente. 

No fue hasta la visita al Wanda Metropolitano, el 31 de octubre, cuando Pellegrini dio descanso a Fekir y lo sentó en el banquillo. Sin duda, condicionado por la visita a Alemania del jueves 4 de noviembre, a la que seguiría el derbi en Heliópolis el domingo 7. Esa suplencia de Fekir ante el Atlético provocó un agrio debate tras la goleada encajada ante los colchoneros (3-0). Quizás también por la infrecuencia de ver al francés en el turno de rotaciones. Se asume con más naturalidad la suplencia eventual de otros puntales, como Borja Iglesias.

Por ello, todo debate sobre las suplencias de Fekir quedó apagado por dos hechos puntuales: sus expulsiones por roja directa ante Bayer Leverkusen y Athletic Club. La primera evitó que Pellegrini tuviera que cavilar a la hora de preparar los partidos ante Ferencvaros, Celtic e incluso la ida ante el Zenit, ya en febrero. Son los que se perdió Fekir por su sanción.

Con su roja ante el Athletic, Fekir se perdió dos partidos en Liga, ante Celta y Osasuna, jornadas 29ª y 30ª. Ya ya fue titular indiscutible en las ocho jornadas restantes.

La disponibilidad del lionés bajo el cuerpo técnico de Pellegrini ha sido notable: en la Liga pasada, junto a las referidas ausencias ante Atlético por decisión técnica, más Celta y Osasuna por sanción, sólo se perdió la visita al Camp Nou al cumplir ciclo de amonestaciones ya en la jornada 16ª. Jugó, pues 34 jornadas de Liga, con 6 goles y 8 asistencias.

Y en la primera Liga de Pellegrini, la 20/21, Fekir participó en 33 jornadas, con 5 goles y seis asistencias. Se perdió tres encuentros por problemas musculares y otro por sanción al ser expulsado, también ante el Athletic, la jornada anterior. Pero si está disponible, lo que es a menudo, Fekir juega. Doce partidos tiene por delante hasta el Mundial para ayudar a consolidar al Betis entre los cuatro mejores de la tabla.     

Y sin el factor de distracción del Mundial tan presente como en otros muchos jugadores top. Fekir no juega con la selección francesa desde el 8 de septiembre de 2020, más de dos años ya. Fueron los 12 últimos minutos de la victoria ante Croacia (4-2) en la Liga de Naciones. 

Desde que tomó parte en todos los partidos de la fase final del Mundial de 2018 (salvo en la semifinal ante Bélgica), el bético se ha ido difuminando para Didier Deschamps. En su última lista, junto al inamovible Mbappé y otros delanteros más de área, como el veteranísimo Giroud o los jóvenes Nkunku y Kolo Muani, Deschamps mantuvo la confianza en el irregular Griezmann y en un renacido Ousmane Dembélé. 

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