El Betis volvió a recordar a otras épocas, que acabaron tras los primeros meses de Pellegrini al frente del equipo, con errores de indisciplina y también regalos defensivos que condujeron a la derrota frente al Cádiz.
Aitor Ruibal | Los errores se pueden perdonar; autoexpulsarse es un desaire al equipo
De nuevo como lateral derecho, no tuvo su mejor día. Ya perdió el balón que dejó en solitario a Bongonda en el minuto 4 y después se dejó robar por Espino la pelota del contragolpe del cero a dos. Pero ésos son errores que están dentro de la casuística futbolística y que, por tanto, pueden ser perdonados dentro del análisis global de un curso. Lo que no se le puede permitir es la autoexpulsión por soltarle un puñetazo a Fali, porque eso sí es un desaire para quienes se quedaron en el campo.
Canales | Era la gran esperanza y acabó siendo la gran perdición
El Betis luchó hasta las últimas instancias para tener a su capitán en un partido de tanta trascendencia e incluso acudió hasta los tribunales ordinarios en busca de esa justicia, pero a la hora de la verdad fue la gran perdición de la tarde. El fútbol tiene esas paradojas y el cántabro perdió un balón nada habitual en zonas de máximo riesgo. Después todo depende de la interpretación del árbitro y de un fútbol tan amanerado como el actual, pendiente exclusivamente de las cámaras y otros artificios.
Miranda | Pellegrini se lo quería comer en su afán de pararlo
No le gustó nada a su entrenador la actitud que tuvo en una acción con Iza Carcelén en la que no vio la segunda amarilla porque Cuadra Fernández pensó que ya estaba bien de expulsiones. El chileno, incluso, se fue para él y hasta se metió en el terreno de juego para calmarlo y para enviarle un mensaje de tranquilidad a todo el equipo.
Borja Iglesias | Fue extraña su salida durante el descanso
No se sabe si el gallego tendría algún tipo de problema físico, en cuyo caso no hay más que analizar, pero sí fue algo raro que fuera el elegido para quedarse en el vestuario con el cero a cero por mucho que el Betis tuviera un futbolista menos. Se llevó más tiempo protestando que otra cosa en su pelea con los centrales.
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