Betis - Aris Limassol | La crónica

La lesión de Claudio Bravo empaña la fiesta del Betis ante el Aris Limassol (4-1)

  • El guardameta chileno, con Rui Silva lesionado, sufrió un problema muscular en la jugada del gol chipriota en un partido que prolongó la racha de los verdiblancos

  • Pellegrini introdujo a Isco, Guido Rodríguez y Ayoze en el minuto 59 para sofocar cualquier rebelión visitante y ahí se incrementó la ventaja hasta la goleada

  • El minuto a minuto del Betis-Aris Limassol

Claudio Bravo se toca la musculatura mientras le comunica a sus compañeros que ha sentido algo ahí.

Claudio Bravo se toca la musculatura mientras le comunica a sus compañeros que ha sentido algo ahí. / Antonio Pizarro

El Betis dio un nuevo paso para dejar prácticamente sellado su pase a la siguiente ronda de la Liga Europa. Los verdiblancos repitieron triunfo, esta vez con goleada, contra el Aris Limassol y de esta manera atisban el horizonte con optimismo en la competición europea a pesar de esa primera derrota en Glasgow que ya suena lejana incluso. Sólo los problemas musculares de Claudio Bravo al final, con el derbi cerquita y Rui Silva también lesionado, le echaron algo de agua al final, pero los hombres de Manuel Pellegrini se han acostumbrado a ganar y con este nuevo triunfo suman ya nada más y nada menos que cinco de manera consecutiva entre la Liga, la Copa del Rey y la Liga Europa.

Esa posible lesión de Bravo sí acabó con la magia de la fiesta, sobre todo cuando el chileno le tenía que contestar a sus compañeros del banquillo sobre su estado físico. El portero no ocultaba, cuando recibía los abrazos de Borja Iglesias, de Pezzella, de Aitor Ruibal y de otros compañeros, que su musculatura se había resentido en esa jugada. Pero la afición del Betis tronaba por detrás en sus ánimos con vistas al inminente derbi y no estaba mal haber prolongado un partido más la condición de triunfadores.

La racha, paradójicamente, se iniciaba contra este mismo rival en la visita a Limassol y se prolongaba después frente a Osasuna, Hernán Cortés, Mallorca y de nuevo Aris. Es una buena cosa la de ganar cada vez que se salta a un terreno de juego en este deporte llamado fútbol. El Betis se ha acostumbrado a hacerlo con independencia del rival que esté enfrente y es una línea que, lógicamente, multiplica de manera geométrica la felicidad entre los suyos.

Pellegrini cumplió con los pronósticos previos a la hora de confeccionar la alineación en este compromiso previo al derbi sevillano del próximo domingo. El entrenador chileno cambió a muchas de sus piezas indiscutibles en su esquema y no lo hizo con más porque no pudo. O sea, por Rui Silva se ha lesionado esta semana muscularmente y porque Pezzella y Marc Roca no tienen más alternativas en las posiciones de defensas centrales debido a las diferentes circunstancias. Salvo ellos y Claudio Bravo, todos lo demás prácticamente tienen garantizada la suplencia en la cinta en el Ramón Sánchez-Pizjuán salvo que se produzca una circunstancia inesperada.

Borja Iglesias remata el pase de Abner para conseguir su primer gol de la temporada. Borja Iglesias remata el pase de Abner para conseguir su primer gol de la temporada.

Borja Iglesias remata el pase de Abner para conseguir su primer gol de la temporada. / Antonio Pizarro

Pero los elegidos por el técnico bético sí le respondieron con mucho brío en el arranque del encuentro. Aitor Ruibal, Abner, William Carvalho, Guardado, Luiz Henrique, Rodri, Abde y Borja Iglesias comenzaron con mucha intensidad, con una presión muy fuerte para tratar de sacar provecho de las carencias técnicas del Aris y con un fútbol a un solo toque que debía darles muy pronto una ventaja en el marcador. Lo sorprendente es que esto no llegar a producirse en ese primer envite. La oportunidad más clara le perteneció a Rodri tras un córner (7') y en el mismo minuto llegaría una palomita de Vaná ante un disparo de Luiz Henrique desde fuera del área.

Ahí se atemperó bastante el ímpetu de los verdiblancos, ese arreón no había servido para darles ventajas y después llegaría un gol anulado a Montnor por un clarísimo fuera de juego (30'). Sí iba a valer, en cambio, el reencuentro de Borja Iglesias con el gol por primera vez en la presente temporada. Una buena noticia, sin duda, y un toque de habilidad del delantero gallego tras la llegada de Abner por su banda. Picó ligeramente con la izquierda a la red.

El Betis ya estaba por delante en el marcador y pudo sentenciar prácticamente en la jugada inmediatamente posterior, pero esta vez el remate de Borja Iglesias no fue bueno y le pegó horrible a un balón con todo a favor después de la recuperación en una presión muy adelantada. Restaba mucho tiempo por delante, pero no era un mal síntoma irse al intermedio con ventaja. Pudo sufrir el cuadro heliopolitano un susto nada más reanudarse el juego, pero, afortunadamente para los intereses de los aficionados locales, Bengtsson estaba adelantado cuando remató una jugada que pudo ser el empate.

Todo seguía igual, pues, pero ese arranque del juego no debió convencer a Pellegrini, ya que el Aris jugaba demasiado cerca de Claudio Bravo e incluso le daba un buen susto a través de un disparo de Babicka (58'). Ahí intervino el entrenador bético para introducir en el campo a tres de sus piezas claves, a los que son sus mejores hombres a la espera de Fekir. Isco, Guido Rodríguez y Ayoze comparecían sobre el campo (59') para sofocar cualquier intento de rebelión de los chipriotas.

Fekir lanza el penalti que para el guardameta Vaná. Fekir lanza el penalti que para el guardameta Vaná.

Fekir lanza el penalti que para el guardameta Vaná. / Antonio Pizarro

Y no tardaría mucho en hacerse efectivo este triple cambio. Un balón peleado con una presión arriba de Marc Roca lo abría hacia la derecha Ayoze y Aitor Ruibal lanzaba un disparo duro. Vaná colaboraba un poco también y el Betis había resuelto definitivamente el compromiso ante el Aris Limassol. Restaba casi media hora, si se incluye la prolongación final, pero ya sí se podía constatar que aquello se había convertido en un entrenamiento con público.

Era cuestión de dejar correr el cronómetro hasta los tres pitidos finales del árbitro sueco. El Betis supo proteger el balón con una colección de toques, algo en lo que influye con lógica que Isco ya estaba sobre el campo. Faltaba sólo la fiesta por la nueva comparecencia de Fekir y ésta se produjo en el minuto 75, justo para que lanzara un penalti y con Isco dándole el balón en sus manos en el centro del campo. El francés, demasiado frío, no acertó con el gol, paró Vaná, pero sí le dio el pase un ratito después a Marc Roca para que éste anotara el 3-0.

La fiesta se completaba de esa manera, aunque la lluvia enfriaba un poco el ambiente. Salvo ese gol de Fekir que deberá esperar algún tiempo más, todo había salido a la perfección para el Betis. Era el quinto triunfo consecutivo, no se había producido ningún tipo de problema físico, pero el fútbol es muy caprichoso y en el gol de Kokorin sonaron todas las alarmas con una salida de Claudio Bravo. El chileno se echó mano a su musculatura por detrás y después incluso iba a necesitar la asistencia de los fisios tras salvar el segundo de Gomis. La felicidad, esta vez, no había podido ser completa.

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