De tocar la gloria a una despedida definitiva: la breve vida del Betis Futsal
El club decidió poner fin a la sección tras lograr el ascenso a la Primera División y conquistar la Copa del Rey la temporada anterior
Oficial: El Betis anuncia el fin de la sección de fútbol sala
Un homenaje a la corta e intensa trayectoria del Betis Futsal, en imágenes
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Todo tiene un inicio y un final en la vida, aunque en el caso del Betis Futsal fue mucho antes de lo esperado, dejando un vacío en el fútbol sala sevillano. Las despedidas siempre duelen, pero esta lo hace aún más tras ganarse sobre el parqué el derecho a jugar esta próxima temporada con los mejores equipos del fútbol sala nacional.
Sin embargo, este año no encontraremos al Betis Futsal en ninguna categoría, ya que el pasado 17 de julio el club anunció, a través de un comunicado, el cese de su actividad. Una decisión que deja un enorme vacío tanto en los pabellones de San Pablo como en Amate.
Para entender su recorrido, hay que remontarse al año 2013, cuando el Real Betis firmó un acuerdo de colaboración con el Fútbol Sala Nazareno. Durante esos primeros años, el equipo fue conocido como Real Betis Balompié FSN, hasta que en 2016 quedó completamente integrado en la estructura verdiblanca.
En la temporada 2015-16 lograron ascender a Segunda División. Después de cinco campañas en la categoría de plata, en dos ocasiones se quedaron a las puertas del ascenso: en la 2017-18 perdieron la final del playoff contra el UMA Antequera y, al año siguiente, el Córdoba los eliminó en semifinales. Rubén Cornejo, que falló uno de los penaltis en esa eliminatoria, lo recuerda “con un sabor muy amargo” esos dos intentos fallidos.
A la tercera fue la vencida, y ascendieron de manera directa tras proclamarse campeones de Segunda División en la temporada 2019-20. No pudieron celebrarlo como hubieran querido, debido a la pandemia de la COVID-19, que mantuvo a los jugadores confinados en casa.
”Esos años en los que nos quedamos a las puertas fueron duros, porque montábamos una buena plantilla y un gran grupo en el vestuario. Pero al final, los años nos dieron la razón: subir a Primera no es nada fácil”, dijo Eric Pérez, protagonista durante varias temporadas. “Nadie pensó en rendirse. Al contrario, cada año que pasaba sentíamos que estábamos más cerca de conseguirlo... y al final lo logramos”, añadió. Para Rubén Cornejo y Eric Pérez se cumplió el sueño que tenían de jugar en Primera con el Betis Futsal.
También fue “raro” su estreno en Primera División, enfrentándose a la élite del fútbol sala sin público en los pabellones, en un ambiente silencioso que se fue normalizando con el tiempo, y con el paso del tiempo se fueron recuperando los espectadores. En su primera temporada brillaron y acabaron en décima posición con 46 puntos, a tan solo dos de entrar en los playoff por el título.
”Las temporadas en Primera, cada vez que ganábamos un partido en casa era una fiesta”, explica un Eric Pérez, que se convirtió en el primer internacional con la selección española jugando en el Betis Futsal. Una llamada a la selección inolvidable: “La despedida que me hicieron en el entreno mis compañeros, cómo se dio la noticia con los directivos y demás, es un recuerdo muy bonito que tengo”.
La temporada siguiente fue mucho más sufrida. Ramón Martínez tomó las riendas del equipo a falta de siete jornadas, con seis puntos de desventaja respecto a la permanencia y con el goal average perdido. Sin embargo, lograron una salvación agónica en la última jornada. El Betis Futsal ganó en Manzanares (6-5), pero su partido terminó antes y tuvieron que esperar unos minutos llenos de tensión en San Pablo para confirmar la derrota del Zaragoza ante el Palma Futsal.
“El equipo creyó y se pudo lograr la permanencia”, cuenta el entrenador Ramón Martínez, que siempre ha estado al servicio del club: de segundo de Juanito, de segundo de Bruno García, de entrenador del filial, de entrenador del primer equipo y este último año de coordinador de cantera y segundo de André Brocanelo.
También se sufrió en la 2022-23, pero de nuevo lograron la permanencia en la última jornada, empatando sin goles ante Osasuna Magna, en un encuentro en el que ninguno se quiso hacer daño y apenas remataron a puerta. Un punto de oro, ya que a ambos les bastaba para continuar en Primera División.
Sin embargo, cuando se juega con fuego, al final uno se quema, y eso le ocurrió al Betis Futsal. En la temporada siguiente, el equipo perdió la categoría, pese a lograr el milagro de ganar en casa del Barça. Las derrotas ante Valdepeñas, Noia y el empate contra el Family Cash Alzira condenaron al equipo al descenso.
Un duro golpe, sin tiempo para reponerse, ya que el equipo estaba clasificado para disputar la Final Four de la Copa del Rey, que se jugaba en casa, en San Pablo. “Fue un trabajo psicológico brutal por parte del cuerpo técnico para conseguir que los jugadores estuvieran en plenas condiciones para afrontar la Final Four”, dijo Ramón Martínez, el entrenador que llevó al equipo a la gloria.
También fue parte importante de ese cambio de chip Rubén Cornejo, que ya como exjugador y en la dirección deportiva como secretario técnico dio consejos a la plantilla. “Tuve alguna reunión, sobre todo una con los capitanes y les convencí que el deporte era amargo, pero algunas veces era muy bonito y que nos podíamos quitar una espina grande del descenso consiguiendo el primer título que quedaría para la historia, que si eran capaces de resetear y que yo sabía que con el ambiente que eran días duros, pero cuando el ambiente y cuando se acercara el momento si eran capaces de sacar su mejor versión seríamos capaces incluso de ganar la copa”, cuenta Rubén Cornejo.
Y así fue: lo afrontaron como una oportunidad para resarcirse y lograron vencer a Peñíscola en semifinales y a Jimbee Cartagena en la final, en la tanda de penaltis, para levantar el primer título de su historia. Un recuerdo imborrable para el beticismo y un fin de semana de ensueño.
“Es mi mejor recuerdo, yo sentí se lo debíamos a la afición por haberle fallado algún partido de casa, de haber arrastrado el escudo porque la verdad que es que nos metieron mucha goleada en casa y eso no se podía permitir”, dijo Cristian Povea, que fue uno de los artífices esta última temporada, en la que fue elegido como el mejor jugador de la Segunda División.
Tras el descenso, regresaron a Segunda División, donde no encontraron rival y se proclamaron campeones con una jornada de antelación. Una temporada ilusionante en la que también disputaron su primera Supercopa de España, aunque cayeron en la final ante Jimbee Cartagena, que se cobró la revancha. En la Copa del Rey volvieron a soñar a lo grande: eliminaron a ElPozo Murcia y estuvieron cerca de hacer lo propio con Movistar Inter en San Pablo, pero un gol sobre la bocina los dejó fuera de la competición.
Un curso en el que tuvieron que luchar además con los rumores que empezaban a cuestionar la continuidad de la sección. Rubén Cornejo admite que hubo reuniones y se dijo al vestuario que “no era el momento para echar cuenta esos rumores, que era para nosotros hacer nuestro trabajo en la pista”. Unas palabras a las que añadió Cristian Povea lo siguiente: “Después de entrenar vemos el móvil y vemos las noticias, la verdad que nos impresionó bastante porque no nos lo esperábamos”.
La temporada que se avecinaba se presentaba ilusionante: el regreso a la élite, la vuelta a los grandes pabellones y el deseo de la afición verdiblanca de volver a recibir a los mejores equipos en San Pablo. Pero todo eso se esfumó. Tras meses de incertidumbre y silencio, el club decidió poner fin a la sección que más alegrías le ha dado al beticismo, rompiendo la ilusión de aficionados, jugadores y cuerpo técnico.
Todos los protagonistas del reportaje hablaron sobre la decisión del Betis de acabar con la sección de fútbol sala. Eric Pérez, que milita desde hace unos años en el Ribera Navarra, dijo que no acaba de entenderlo muy bien: “Para mí era una parte fundamental del beticismo. Había un montón de personas que apoyaban al fútbol sala y más aún con el pedazo de año que se han hecho, el año anterior ganando la Copa del Rey, y ahora esto es triste.”
Rubén Cornejo, por su parte, dijo que ellos “tendrán sus explicaciones, pero yo no encuentro un argumento estando en Primera y consiguiendo lo que hemos conseguido. Han sido días duros, muchos años trabajando para conseguir cosas bonitas en esta sección y terminar de esta manera, pues es algo duro”, señaló el ya exsecretario técnico del Betis Futsal. En la misma línea se expresó el entrenador Ramón Martínez, quien comentó que es “una pena, porque hay mucho trabajo detrás, pero son decisiones que están fuera de nuestro alcance”.
Para acabar, Cristian Povea aseguró que es una decisión que no la entiende: “Yo sentí mucha tristeza y mucha impotencia por dejar el equipo así. Imagino que no le rentarán a los de arriba, pero yo creo que no supone una pérdida bastante grande como para deshacerse del club de una sección que ha dado alegrías”, argumentó el sevillano y bético desde la cuna. “Al final creo que se podría haber hecho algo más, pero, ya lo que yo piense o cualquier compañero ya da igual porque la decisión está tomada. Esto se queda para toda la vida”, cerró Cristian Povea.
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