Alberto Villarroya, optometrista: "La miopía aumenta el riesgo de sufrir ansiedad y depresión"

Cómo frenar la miopía

Miopia
Miopia / Freepik

La miopía es uno de los trastornos más comunes del mundo. De hecho, el 46% de los sevillanos está diagnosticado, siendo la ciudad española más afectada. A medida que van aumentando los casos, los investigadores aprovechan para conocer más sobre ella. La sorpresa ha llegado cuando unos estudios han demostrado que está relacionada con las enfermedades mentales como la ansiedad o la depresión. Alberto Villarroya, optometrista, ha analizado en qué cosiste: "Limita enormemente nuestra libertad".

Para conocer qué relación tienen ambas enfermedades, en primer lugar, es necesario saber en qué consiste la miopía. Es un defecto de refracción y ocurre cuando el globo ocular es más largo de lo normal y la córnea tiene una curvatura excesiva. A las personas que la tienen le afectan porque provocan que los rayos de luz enfoquen delante de la retina y no en ella, lo que implica una visión borrosa en una distancia lejana. Existe tres grados, leve con menos de tres dioptrías, moderada, entre tres y seis y magna son más de seis.

Miopía y ansiedad

Varios estudios han demostrado que las personas con miopía moderada y magna han presentado niveles más altos de ansiedad que aquellas que tienen una visión normal o hipermetropía. De hecho, uno de ellos analizó el comportamiento de los jóvenes en el ámbito social y explicaban que tenían más riesgo de sufrir ansiedad en la vida cotidiana los que tenían miopía.

Posibles mecanismos de relación

Por ejemplo, con las gafas que se tienen que llevar en la mayoría de los casos por la miopía se puede generar ciertas inseguridades sobre el aspecto físico que daña a la salud mental, especialmente, de los jóvenes. Normalmente, impacta gravemente sobre la autoestima y aumenta la posibilidad de desarrollar ansiedad y depresión. También hace que se tenga mayores limitaciones que puede limitar en los casos más graves las tareas cotidianas, las actividades sociales y deportivas.

Aumento de las pantallas y de la miopía

Desde la infancia hasta la edad adulta se pasa mucho más tiempo delante de una pantalla que hace una década, ya sea por ocio, por trabajo o, simplemente, como forma de comunicación. Paralelamente, se ha incrementado el trastorno de la miopía. De hecho, la OMS ha alarmado sobre el hecho de que la mitad de la población mundial la padezca. Las pantallas requieren que se enfoque en una distancia muy cerca, provocando espasmo acomodativo que a largo plazo favorece la aparición de imágenes borrosas en distancias lejanas.

La luz solar también causa un efecto porque no se libera dopamina en la retina que ayuda al crecimiento ocular, así que este es un motivo más para favorecer la aparición de la miopía. El uso de las pantallas también potencia un menos parpadeo y más fatiga visual que causa una peor salud ocular. Su uso nocturno también puede afectar a los ritmos de sueño y a su calidad que agrava esta enfermedad potencialmente.

Referencias bibliográficas:

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