David Céspedes, médico experto en envejecimiento, puntúa varios desayunos españoles: "Mucho placer, pero nada de nutrientes"

El desayuno es la comida más importante del día y este debe aportar energía y otros beneficios para la salud mental y física

¿Cómo tomas el primer café de la mañana? Esta bióloga explica cómo conseguir un efecto más potente

Persona desayunando
Persona desayunando / Pexels

El desayuno es la comida más importante del día y esta debe ser lo más completa posible. Existen muchas opciones, pero la mayoría no aporta los beneficios que necesitamos para hacer frente al resto del día. Siempre nos surgen dudas sobre qué es mejor tomar y los alimentos que se pueden mezclar para explotar al máximo sus ventajas.

Iniciar la mañana con una comida equilibrada tiene un impacto significativo en la salud física, mental y emocional. En primer lugar, el desayuno es fundamental para restablecer los niveles de energía después del ayuno nocturno. Durante las horas de sueño, el cuerpo continúa realizando funciones vitales que consumen parte de las reservas de glucosa. Al despertar, estas reservas suelen estar bajas, lo que puede provocar fatiga, falta de concentración o irritabilidad. Un desayuno adecuado aporta la energía necesaria para activar el organismo, mejorar el rendimiento físico y mantener un nivel óptimo de actividad desde las primeras horas del día.

Otro beneficio clave es su impacto en la función cognitiva. Consumir alimentos por la mañana mejora la atención, la memoria y la capacidad de resolver problemas. Esto se observa especialmente en niños y adolescentes, pero también en adultos que requieren claridad mental en sus tareas laborales. Nutrientes como los carbohidratos complejos, las proteínas y las grasas saludables proporcionan combustible al cerebro y facilitan el funcionamiento eficiente de los procesos mentales.

Además, el desayuno juega un papel importante en la regulación del apetito a lo largo del día. Las personas que se saltan esta comida suelen experimentar picos de hambre más intensos, lo que puede llevarlas a consumir alimentos poco saludables o en cantidades excesivas durante el almuerzo o la tarde. Por el contrario, desayunar ayuda a mantener un equilibrio en los niveles de glucosa y evita antojos impulsivos, contribuyendo a un control más adecuado del peso corporal.

Desde una perspectiva metabólica, un desayuno saludable puede favorecer la estabilidad del metabolismo y apoyar la prevención de enfermedades como la diabetes tipo 2 o los trastornos cardiovasculares. Cuando se ingieren alimentos temprano, el cuerpo aprovecha mejor los nutrientes y mantiene una relación más adecuada entre el gasto de energía y el consumo calórico. Incluir fibra, proteínas magras y grasas buenas puede mejorar los niveles de colesterol, la presión arterial y la sensibilidad a la insulina.

No se puede pasar por alto su efecto en el estado de ánimo. Empezar el día con alimentos nutritivos mejora la producción de neurotransmisores asociados al bienestar, como la serotonina, lo que ayuda a mantener una actitud más positiva y una mayor estabilidad emocional. Un buen desayuno puede convertirse, asimismo, en un momento personal o familiar que facilita la conexión, la calma y la preparación mental para afrontar la jornada.

Puntuación de varios desayunos según este médico experto en envejecimiento

En primer lugar, un café con un croissant, la bebida genial, pero el croissant está hecho con mantequilla y harina refinada, por lo tanto, sacia poco y dispara la glucosa. Las magdalenas con un vaso de leche es algo muy típico, pero es harina, azúcar y un poco de proteína. Se trata de un chute de energía que se va muy pronto. La tostada con tomate y aceite de oliva es una buena opción mediterránea con grasas saludables y fibra, pero le falta proteína para ser más completo.

Los churros con chocolate son harina frita, azúcar. Esto se traduce en mucho placer, pero nada de nutrientes. La tortilla a la francesa con pan integral tiene proteínas de calidad con algo de carbohidratos. Una opción equilibrada y saciante. Avena con leche y fruta tiene fibra, vitamina y aporta energía. Bocadillo de jamón serrano tiene proteínas, pero con el pan blanco es menos interesante. Yogur natural con frutos secos tiene buena puntuación porque es fácil, rápido y cuenta con un buen aporte de proteínas y grasas saludables.

Referencias bibliográficas:

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