La Junta de Castilla-La Mancha ha procedido al precinto este miércoles de una finca en la provincia de Toledo tras detectar un caso de cólera autóctona, el primero en España desde finales de los años 70. La afectada ha sido una paciente madrileña, que se encontraba en Toledo con motivo de una celebración, cuyo contagio se cree que se produjo tras beber de un pozo en esta provincia, por lo que las autoridades regionales han precintado la finca para aclarar el origen de la contaminación y los posibles nuevos casos que puedan aparecer vinculados a ella. La joven fue ingresada en el hospital y ya ha recibido el alta.

Según indican desde Redacción Medica, ''no se trata de un caso grave'', aunque la decisión de cerrar la finca se ha hecho por precaución para evitar que se extiendan los casos en la población. Por fortuna, la bacteria de cólera que ha afectado a esta joven es menos agresiva que las que existen en África donde esta enfermedad resulta mortal. 

El cólera es una enfermedad diarreica que se contrae por redes de agua o alimentos contaminaos con la bacteria 'Vibrio cholerae'.  Si bien sólo unos pocos casos son detectados al año en los Estados Unidos, hay informes de niveles epidémicos de cólera en algunos sitios de América Central y del Sur. En nuestro país, como hemos indicado, se trata del primer caso detectado autóctono desde el año 1979, que afectó sobre todo a vecinos de Málaga.

SÍNTOMAS

Esta enfermedad infecciosa diarreas, calambres y debilidad, aunque se considera como peligrosa ya que ha provocado multitud de muertes a lo largo de la historia por la gran pérdida de líquidos en un periodo corto de tiempo. La pérdida rápida de líquidos corporales puede llevar a la deshidratación, el colapso circulatorio y el shock. Eso sí, la infección generalmente es benigna o asintomática, aunque una de cada 20 personas infectadas puede padecer enfermedad grave.

Se necesita tratamiento, ya que  entre el 25 y el 50 por ciento de los casos típicos de cólera son mortales en ausencia de tratamiento. Por el contrario, con tratamiento, la mortalidad es inferior al 1%. El período de incubación puede variar desde pocas horas a 5 días, aunque lo regular es de 2 a 3 días.

Las personas afectadas deben ser aisladas en centros de tratamiento, con medidas de control de infecciones destinadas a impedir la propagación de la enfermedad. Estas medidas consisten en estrictas prácticas de higiene, saneamiento y abastecimiento de agua potable, y en el manejo adecuado de los vómitos y excretos de los pacientes. 

Existe una parte de la población vulnerable, quienes sufren inmunodeficiencia, como los niños desnutridos o las personas con VIH, son especialmente vulnerables. Es una enfermedad de desarrollo muy rápido y, a diferencia de otras patologías diarreicas, puede matar a una persona sana en cuestión de horas.