Silvia Congost, experta en relaciones de pareja: "Pedir tiempo es una forma cobarde de dejar a alguien"
Investigación y Tecnología
Debes valorarte y entender que eres merecedor de claridad, de reciprocidad y de alguien que, en vez de pedirte tiempo, quiera invertirlo contigo
Relaciones de pareja: ¿cuándo es necesario "darse un tiempo"?
Cuando alguien te dice que necesita tiempo, está expresando que, pudiendo estar contigo, elige no hacerlo. No hay una forma de aceptar esa verdad, sin que sintamos dolor, pero necesitamos ser honestos con nosotros mismos cuando llega ese momento y afrontarla. Puede que quien lo diga, no lo haga con malas intenciones, puede ser que de verdad esté confundido, que tenga miedo o que esté lidiando con su propio mundo interior, pero aunque su necesidad esté justificada, la consecuencia para ti es la misma: ausencia.
Aceptar una pausa en una relación suele ser una forma elegante de empezar una despedida más que una intención de querer reforzar el vínculo. Y sí, siempre hay excepciones. Podemos ser esa pareja que se da un respiro y luego se reencuentra con más fuerza para continuar con su vida, pero aferrarnos, por otra parte, a la posibilidad de ser esa excepción puede convertirse en una trampa emocional. Así que apostar por lo improbable solo alimenta una esperanza que, con el tiempo, puede volverse destructiva. La psicóloga experta en relaciones de pareja, Silvia Congost, asegura que "pedir tiempo es una forma cobarde de dejar a alguien", por lo que debemos tener claro que la mayoría de las veces "quien te pide tiempo te está dejando".
¿Cuánto dura el enamoramiento?
El enamoramiento es un estado emocional intenso que se caracteriza por una fuerte atracción hacia otra persona, en la que la idealización y el deseo juegan un papel central. Durante esta etapa que, normalmente dura los primeros meses de la relación, solemos ver al otro a través de un filtro de ilusión que resalta sus virtudes y minimiza sus defectos, generando una sensación de euforia, entusiasmo y conexión profunda. En esa fase inicial, aún no conocemos del todo a la otra persona y esto quiere decir que todavía no hemos visto esa parte de sombras, no conocemos sus heridas, ni cómo reacciona cuando las cosas se tuercen. Idealizamos, proyectamos y creemos que todo irá bien, si damos un poco más.
Esto es así porque en esta fase se activan áreas del cerebro relacionadas con el placer y la recompensa, lo que explica por qué se vive con tanta intensidad emocional y física. Aunque puede parecer amor, el enamoramiento es solo el inicio, es decir, una fase pasajera que, con el tiempo, puede evolucionar hacia un vínculo más sólido y real, o desvanecerse si no hay compatibilidad más allá de la emoción inicial.
Según la psiquiatra Marián Rojas Estapé: "cuanto más racional sea el comienzo de la relación, mucho mejor será a largo plazo". Y explica que el estado de enamoramiento del principio no se puede mantener en el tiempo ya que una persona no puede tomar las decisiones importantes de su vida según un patrón de sentimientos y emociones.
Cuando alguien decide alejarse en ese momento tan temprano de la relación, lo que está diciendo es que su deseo de seguir conociéndote no es suficiente para quedarse. Sin embargo, esto no quiere decir que todo esté perdido o que una relación tenga que acabar en el instante en el que surgen dudas. Tampoco implica que el otro sea cruel o egoísta por necesitar su propio espacio, sino que debes valorarte y entender que eres merecedor de claridad, de reciprocidad y de alguien que, en vez de pedirte tiempo, quiera invertirlo contigo.
Identificar lo que te quita la paz: una brújula para el amor
Más allá del "necesito tiempo", hay señales que pueden indicar que una relación no está siendo saludable para ti y debes saber identificarlas cuando lo que está en juego es tu paz interior. ¿Cómo te sientes cuando estás con esa persona? ¿Qué emociones predominan cuando piensas en la relación? Si hay ansiedad constante, inseguridad, o miedo a perder, probablemente no estés en un espacio que te haga bien.
Identificar qué te roba la tranquilidad es un acto de honestidad contigo mismo. A veces es una palabra, una actitud, una ausencia repetida o una falta de compromiso que no se nombra pero se siente. Sea lo que sea, es fundamental prestar atención a eso porque el amor no debería doler todo el tiempo, ni ponerte en un estado de alerta permanente. De hecho, uno de sus mayores regalos es precisamente ese: darte un refugio en medio del caos del mundo. Conocerte, saber qué necesitas, cuáles son tus límites y qué no estás dispuesto a tolerar, es parte del proceso de madurar emocionalmente. No es fácil, especialmente si estás muy enamorado o si has invertido mucho en la relación. Pero no hay crecimiento, sin incomodidad. Y a veces, para encontrar el amor que mereces, primero necesitas dejar ir el que solo te confunde o te lastima.
Así que la próxima vez que alguien te pida tiempo, detente un segundo. Escucha no solo sus palabras, sino también lo que tú sientes. Tal vez ese "tiempo" sea en realidad el principio de un final que necesitas aceptar para abrir espacio a algo mejor. O tal vez, sea la oportunidad de mirar dentro de ti y preguntarte, con toda la honestidad del mundo: ¿esto me está haciendo bien?
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