Nutrición y dietética

¿Comer rápido engorda? Sus efectos sobre el peso y la salud

¿Comer rápido engorda? Sus efectos sobre el peso y la salud

¿Comer rápido engorda? Sus efectos sobre el peso y la salud / Istock

Una de las creencias populares más extendidas en relación al aumento de peso es aquella que se apoya en la teoría de que comer rápido engorda. Y es que comer representa una parte importante de nuestra vida más allá del mero hecho de que es necesario para sobrevivir. Su papel es fundamental para mantener una salud de calidad en general y evitar enfermedades derivadas de los excesos o la comida ultraprocesada y azucarada. Pero ¿cómo afectan otros factores que intervienen en este proceso? ¿comer rápido supone un problema para nuestra digestión o para bajar de peso?

La respuesta a esta última cuestión es sí, pero con matices.Comer rápido estrictamente hablando no engorda porque las calorías ingeridas son las mismas. Lo que engorda es comer de más y ahí sí que la velocidad no es una aliada.

Una alimentación saludable no depende únicame nte de los alimentos que componen nuestro menú, sino también del tiempo que invertimos en comerlos y cómo lo hacemos. Sentarse, masticar bien, elegir alimentos saludables o comer en familia en un ambiente tranquilo, es fundamental para una buena digestión y para ayudar al cerebro a mandar señales de cuando es suficiente.

Este proceso se produce a través de la hormona leptina, encargada de avisar al cerebro de que ya estamos llenos, pero su funcionamiento tarda unos 20-30 minutos en activarse. En consecuencia, es probable que comamos más de la cuenta hasta que nos damos cuenta de que hemos comido suficiente. ''Comer lo mismo en menos tiempo nos saciará menos, por lo que tendremos que ingerir más comida hasta sentirnos llenos. Se ha comprobado científicamente que las personas que comen rápido tienen un índice de masa corporal (IMC) más elevado'', indica a Cuídate Plus Lara Joaquím, endocrinóloga del Grupo de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición.

Al comer rápido muchas veces no se mastican bien los alimentos, el estómago se ve obligado a gastar más energía para digerir trozos más pesados de comida y a producir más jugos gástricos para digerir esos alimentos. En consecuencia, esto hace que muchos pasen casi enteros al estómago, ralentiza la digestión y hace que no obtengamos todos sus beneficios. De esta forma, comer con rapidez puede provocar digestiones más pesadas e intensifica el trabajo del estomágo y el páncreas. 

Cuando dedicas tiempo a masticar, el alimento se impregna de las enzimas de la saliva, que comienzan a descomponer el alimento y favorecen la absorción de nutrientesAdemás, no masticar adecuadamente puede derivar en aerofagia, un fenómenos producido por la ingesta excesiva de aire que provoca hinchazón, eructos, gases e incluso dolor en los casos más graves.  

Asimismo, varios estudios indican que  las personas que comen más rápido tienen 5,5 veces más de riesgo de desarrollar síndrome metabólico. Quienes lo padecen tienen más posibilidades de desarrollar enfermedades cardiovasculares y renales, diabetes tipo 2 y problemas de circulación en las piernas.

CONSEJOS PARA COMER MÁS DESPACIO

Masticar despacio, de forma consciente, proporciona al cerebro el tiempo suficiente para que envíe las señales adecuadas para que el organismo entienda que debe prepararse para digerir los alimentos.

Para lograrlo las expertas consultadas por CuídatePlus exponen algunos consejos:

  • Dedicarle tiempo al acto de comer. La comida debe triturarse bien para que los alimentos se digieran bien. 
  • Llevarse bocados pequeños a la boca, ayudará a masticar mejor y de esta manera haremos que se convierta en un hábito. 
  • Dejar el cubierto en la mesa cada vez que nos llevemos un alimento a la boca, así haremos pausas entre un bocado y otro. 
  • No usar platos ni cubiertos grandes. Esto ayuda a tomar raciones más pequeñas. 
  • El uso de palillos puede ayudar a comer más despacio y a llevarse raciones más pequeñas a la boca. 
  • No tener conversaciones que causen estrés. 
  • Procurar que el ambiente de la comida sea relajado. 
  • No dejar que pasen muchas horas sin comer para evitar tener mucho hambre. Esto hace que se coma más rápido. 
  • Evitar hablar mientras se come. 
  • Desconectar la televisión y el teléfono móvil para evitar distracciones y ser plenamente conscientes de lo que comemos.

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