700 hermanos acompañarán al Señor de la Sentencia en su vía crucis

El Señor de la Sentencia protagoniza esta tarde uno de los actos más multitudinarios del arranque de la cuaresma. La Hermandad de la Macarena ha expedido 700 papeletas de sitio para este importante culto, más de 600 para hermanos que acompañarán al Señor con cirio, siempre que el tiempo (se anuncian lluvias) lo permita finalmente.

La cruz de guía de la corporación se pondrá en la calle a las 18:00 desde la basílica de Santa María de la Esperanza Macarena. El recorrido del vía crucis será el siguiente: Plaza de la Esperanza Macarena, Bécquer, Fray Luis Sotelo, Torres, Antonio Susillo, Cristo de la Sentencia, Relator, Parras, Sagunto, Plaza de San Gil, San Luis, Plaza del Pumarejo, Aniceto Sáenz, Macarena, Arco, Plaza de la Esperanza Macarena y entrada en la basílica sobre las 22:00.

Se trata de un itinerario similar al que se ha trazado en años anteriores y que en buena medida se limita a la propia feligresía de San Gil, puesto que un decreto eclesiástico aún en vigor no permite que los cultos externos recogidos en las reglas corporativas traspasen las “fronteras” de dichas collaciones. En el caso del Señor de la Sentencia ha habido excepciones, como en el año 2013, cuando visitó Santa Ángela de la Cruz (feligresía de San Pedro) o la iglesia de Santa Marina (San Julián).

Este primer viernes de cuaresma, que coincide con el primer viernes de marzo, con todo lo que ello conlleva, se rezará también el Vía Crucis de la Pía Unión en la Casas de Pilatos. Será a las siete de la tarde siete de la tarde y estará presidido por la Cruz de las Toallas de la Hermandad de los Negritos. El arzobispo, monseñor Saiz Meneses, oficiará la misa y el piadoso rezo será en las galerías del patio interior de la nobiliaria casa.

En el año 1521, Fadrique Enríquez de Ribera, primer marqués de Tarifa, conmovido tras visitar Tierra Santa, promueve la realización de un vía crucis en torno a su nueva y flamante residencia. Aunque en un primer momento las estaciones se rezaban en las iglesias de la feligresía, en el siglo XVII el piadoso rezo se reactiva y se amplia hasta el templete o humilladero de la Cruz del Campo, que desde el siglo XV era un epicentro importante de la religiosidad popular, sobre todo durante la cuaresma. Se considera el inicio de la Semana Santa tal y como hoy se conoce.