El Museo de Bellas Artes de Sevilla prepara una gran muestra sobre el imaginero Pedro Roldán

El misterio del Descendimiento, una de las obras más destacadas de Pedro Roldán.
El misterio del Descendimiento, una de las obras más destacadas de Pedro Roldán. / Juan Carlos Muñoz

El Museo de Bellas Artes de Sevilla acogerá entre el próximo mes de diciembre y marzo de 2024 una gran exposición sobre el escultor Pedro Roldán. La Consejería de Cultura, la pinacoteca y el comisario de la muestra, el catedrático de la Universidad de Sevilla José Roda Peña, trabajan en esta antológica que sobre uno de los más importantes escultores barrocos de España, figura fundamental en la segunda mitad del siglo XVII y que influyó de manera decisiva en la imaginería sevillana hasta bien entrado el siglo XVIII. Serán alrededor de 40 las piezas que se podrán contemplar en la sala V del museo, iglesia del antiguo convento Casa Grande de la Merced, donde dialogarán con las pinturas de Murillo.

Esta gran exposición antológica es la primera que se dedica a este escultor de una importancia capital en Andalucía Occidental, que trabajó para catedrales, órdenes religiosas, parroquias, hermandades y cofradías, el clero o la nobleza, dejando un catálogo de obras de un nivel muy alto y algunas de ellas superlativas, como el misterio del Descendimiento, de la Hermandad de la Quinta Angustia de Sevilla. La muestra se organiza por el IV centenario de su nacimiento, acontecido en Sevilla en torno al 14 de enero de 1624, fecha en la que fue bautizado en la parroquia del Sagrario.

El protagonista de la muestra será exclusivamente Roldán. No se expondrán piezas de sus numerosos seguidores, salvo dos obras de su hija Luisa Ignacia, La Roldana, su discípulo más aventajado, que pertenecen a los fondos del propio museo. Se trata del relieve de La Virgen de la Leche, adquirido recientemente, y una cabeza de San Juan Bautista Niño. Así lo cuenta el comisario Roda Peña: “Queremos presentar obras destacadas de sus distintas etapas, de todas sus fases estilísticas, desde que llega a Sevilla procedente de Granada en 1646 a su fallecimiento en 1699. Que el visitante se de cuenta de cómo crea un estilo propio que impregna toda la escuela sevillana de escultura en la segunda mitad del XVII y que se prolonga más allá de su propia muerte. Hasta bien entrado el siglo XVIII”.

Retrato de Pedro Roldán realizado por Ricardo Villodas propiedad del Museo del Prado.
Retrato de Pedro Roldán realizado por Ricardo Villodas propiedad del Museo del Prado. / D. S.

Roldán crea en Sevilla un obrador muy amplio que está plenamente operativo desde final de la década de 1660. Allí trabajan sus hijos y numerosos aprendices, algunos de los cuales que acaban convirtiéndose en sus yernos. También posee un gran dote para las relaciones laborales, lo que le lleva a colaborar con los mejores retablistas del momento, como Bernardo Simón de Pineda o Cristóbal de Guadix, suministrándoles buena parte del aparato figurativo, con las que alcanzó cimas del barroco español en el retablo de los Vizcaínos, hoy en la parroquia del Sagrario de la Catedral de Sevilla, o en el Hospital de la Caridad. “Queremos contar todo eso. Dentro de esa narrativa habrá un alto porcentaje de obras que nunca se han mostrado en exposiciones”, subraya el profesor Roda Peña.

La exposición está comisariada por José Roda Peña y se instalará en la iglesia del antiguo convento Casa Grande de la Merced

Entre las piezas que se podrán ver habrá algunas de las esculturas incorporadas recientemente al Museo Nacional de Escultura de Valladolid o la reinterpretación que Ricardo Villodas hace del retrato del escultor pintado por Goya y que llegará del Museo Nacional del Prado. Habrá piezas provenientes de todas las provincias andaluzas en las que trabajó.

Un referente del barroco español

Pedro Roldán es la personalidad más destacada del panorama escultórico sevillano de la segunda mitad del siglo XVII y una de las figuras señeras de la escultura española del pleno barroco seiscentista. Se puede afirmar, sin duda, que su influencia e importancia es similar a la que Martínez Montañés ejerció a principios de esa centuria. “Llega a Sevilla el 10 de mayo e 1646 tras formarse con Alonso de Mena en Granada. Sin embargo, en su obra juvenil no observamos esa huella granadina. Sí vemos la manera de operar al crear un taller similar. Estilísticamente hablando no muestra similitudes con su maestro. Sí con José de Arce, escultor flamenco que trabajó entre Sevilla y Jerez. Lo podemos comprobar en sus primeras obras documentadas, conservadas en el Convento de Santa Ana en la localidad de Montilla (Córdoba)”, explica Roda Peña.

Roldán marca la pauta de la imaginería sevillana desde la segunda mitad del XVII y hasta bien entrado el siglo XVIII

A partir de ese momento, el escultor empieza a fraguar su propio estilo. “Se aparta del naturalismo de la primera mitad del XVII y le da un vuelco a la escultura sevillana hasta el punto que escultores que no trabajaron con él, como Agustín de Perea, Cristóbal Pérez o Francisco Antonio Gijón, acaban asumiendo su estilo. También domina la talla en piedra, lo que hace que su clientela sea apabullante, pese a no ser un escultor barato. Se granjeó un prestigio que dura hasta ahora”.

El Cristo de la Caridad y el retablo del Entierro de Cristo del Hospital de la Caridad de Sevilla.
El Cristo de la Caridad y el retablo del Entierro de Cristo del Hospital de la Caridad de Sevilla. / D. S.

Esta gran exposición dedicada a Pedro Roldán servirá para restaurar y poner en perfecto estado de revista muchas e las piezas que se van a poder contemplar. También llevará aparejada una labor de investigación muy importante que se volcará en el catálogo. Se anuncian aportaciones muy novedosas.

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