Primer viernes de marzo de una cuaresma inusual. Sevilla vive hoy la tercera de sus citas importantes de la cuaresma, tras el Miércoles de Ceniza y el lunes del vía crucis. El primer viernes de marzo, jornada gozosa y esperada para los cofrades, ha estado este año pasado por agua. Y no sólo meteorológicamente hablando. Los tradicionales besapiés y besamanos no se han podido realizar. Tampoco los vía crucis externos, como el de la Pía Unión, importante cita en la Casa de Pilatos que este año, además, celebraba los 500 años desde su instauración por parte del primer marqués de Tarifa.
La cuaresma del año pasado comenzó a truncarse el primer viernes de marzo. La peligrosidad del coronavirus ya empezaba a ser alarmante y algunas hermandades empezaron a tomar medidas. En San Antonio Abad, el Silencio interrumpió el tradicional besapie a su titular. Este año, el dulcísimo Nazareno estaba expuesto a los fieles en veneración. Como el Cautivo de Santa Genoveva o el Señor de la Salud y Buen Viaje en San Esteban.

El Señor de la Salud y Buen Viaje de San Esteban.
Cerca de allí, la Casa de Pilatos no ha podido acoger el tradicional Vía Crucis de la Pía Unión en su 500 aniversario. Don Fadrique Enríquez de Ribera, primer marqués de Tarifa y adelantado mayor de Andalucía, regresó en 1520 de su periplo por Tierra Santa. Al año siguiente puso en marcha en la ciudad la práctica del vía crucis, rezo piadoso que puede ser considerado como el inicio de la Semana Santa tal y como hoy se conoce. El coronavirus nos he dejado sin el vía crucis de este año y sin muchas de las actividades previstas para celebrar el aniversario.

Visita al Cautivo de San Ildefonso.
Los viernes de marzo también son de cita con el Cautivo de San Ildefonso, aunque en esta ocasión, la lluvia y el covid, ha restado afluencia de fieles.
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