La Madrugada de 2023 en Sevilla será muy parecida a la que se vivió en 2019 y 2022 en materia de seguridad. La conocida como ley seca (la prohibición de beber alcohol en la vía pública) se mantendrá, aunque el Ayuntamiento -en atención a la petición de los hosteleros- se muestra flexible a la posibilidad de que más restaurantes puedan abrir esta jornada, aunque, eso sí, con unas estrictas condiciones de funcionamiento que atisban que sean muy pocos los que finalmente lo hagan, como ya ocurrió el año pasado. 

Se trata de la jornada más delicada de la Semana Santa. Los dos grandes tumultos sufridos en los años 2000 y 2017 han evidenciado la necesidad de extremar la seguridad en esta noche para evitar cualquier incidencia. Por tal motivo, desde 2019 (la última Madrugada antes del Covid) se prohíbe el consumo de alcohol en las calles y también la apertura de establecimientos hosteleros durante esas horas. 

Tales medidas lograron el objetivo principal de la Delegación de Gobernación y Fiestas Mayores que preside el concejal Juan Carlos Cabrera: la ausencia de incidentes graves que empañaran la que ha sido considerada durante décadas la noche más bella de la ciudad. Sin embargo, el cierre de bares donde tomar aunque fuera un café durante la Madrugada provocó quejas del sector hostelero y de los propios cofrades. 

Los acuerdos de la reunión 

Para alcanzar un máximo consenso en una cuestión tan delicada, el citado departamento municipal, con Cabrera a la cabeza, y la Asociación de Hosteleros de Sevilla y Provincia, con su presidente Alfonso Maceda, se han reunido este primer viernes de cuaresma. El encuentro se ha saldado con dos acuerdos. El primero y fundamental, el mantener la ley seca en la Semana Santa, especialmente en la Madrugada, cuando no se podrá beber alcohol en la calle, para seguir garantizando la máxima seguridad posible esas horas. 

El otro acuerdo atiende a la petición de la patronal hostelera: el gobierno local se compromete a estudiar las propuestas del gremio para que puedan abrir establecimientos en el entorno de la carrera oficial a partir de la 1:00, hora en la que todos deberán echar el cierre. En este punto, conviene recordar que ya en 2022 se permitió tal posibilidad con los negocios ubicados en dos sectores, el comprendido por las calles Álvarez Quintero, Argote de Molina y Placentines; y el conformado por la calle Bilbao y la Plaza Nueva. Aunque muy pocos lo hicieron por las exigencias establecidas. 

Las condiciones para que estos establecimientos puedan abrir durante la Madrugada son muy estrictas. No serán bares, sino restaurantes. Deberán en todo momento respetar el horario de apertura fijado en cada licencia. Sólo podrán servir cafés, infusiones y bebidas que no contengan alcohol, que habrán de consumirse en el interior de los locales. Los clientes habrán de permanecer sentados, sin superar en ningún momento el aforo contemplado. Estos negocios habrán de contar para la Madrugada con seguridad privada que impida la salida a la calle con vasos o tazas de cristal o cerámica. 

"Cabe cierto margen de flexibilidad"

Cabrera ha explicado que el objetivo principal sigue siendo "salvaguardar la Madrugada y el conjunto de la Semana Santa". "Dentro de este marco, y con la prohibición tajante de bebidas alcohólicas, cabe cierto margen de flexibilidad en beneficio de clientes y hosteleros", ha subrayado el edil socialista. 

Para la Madrugada de este año, se instalarán 30 aseos más en tres puntos cercanos a la carrera oficial, tras las quejas de los ciudadanos por la falta de ellos el pasado año. Estos urinarios se mantendrán hasta el Sábado Santo, con motivo del Santo Entierro Grande.