Los hermanos mayores avalan el nuevo reglamento de las sillas de la carrera oficial de Sevilla

El Ayuntamiento estudiará ahora un texto con un polémico régimen sancionador y que reafirma que no se devuelve el dinero

La Plaza de la Campana, inicio de la carrera oficial.
La Plaza de la Campana, inicio de la carrera oficial. / D. S.

Luz verde. La asamblea extraordinaria de hermanos mayor ha dado este lunes su respaldo al nuevo Reglamento de Uso y Adjudicación de Sillas y Palcos que ha realizado la junta superior del Consejo de Cofradías. De total de 70 mandatarios que han acudido a la cita, 67 han votado a favor, dos se han pronunciado en contra y uno se ha abstenido. A principios de enero las cartas comenzarán a llegar a los domicilios para que los abonados puedan renovar sus asientos para la próxima Semana Santa.

El reglamento elaborado por el Consejo no dista mucho del anterior, pero sí profundiza en algunos aspectos. La extensa exposición de motivos, ausente en el texto de 2019, repasa la historia de la carrera oficial o la importancia económica que la explotación de la misma, gracias a la cesión del suelo por parte el Ayuntamiento, tiene para las hermandades. Sostiene el Consejo que la pandemia ha sido un punto de inflexión. La reforma del Reglamento “va dirigida a puntualizar y clarificar aquellos extremos que pudieran arrojar confusión y, sobre todo, a realizar una labor didáctica en la que explicar cuáles son los fines principales en la administración de este activo, que quizás, han podido distorsionarse o quedar difuminados por errores de concepto, que no han sido debidamente aclarados”.

El nuevo texto ha levantado ampollas desde su publicación en este periódico. El Ayuntamiento anunció que lo estudiaría en el marco de sus competencias una vez aprobado por los hermanos mayores. Hay que recordar que el Consistorio juega un papel importante en la carrera oficial, ya que se monta gracias a la cesión del suelo público que éste hace y por la que el Consejo abona una tasa. Además, tiene competencias sobre este recorrido común de las procesiones, entre ellas las de seguridad, por lo que es su intención analizar con detalle el Reglamento.

También se ha pronunciado la asociación de consumidores Facua. A este respecto, pidió que fuera el propio Ayuntamiento el que regulara la adjudicación y usos de las sillas mediante una ordenanza o cualquier otro mecanismo que considere para que la entidad concesionaria se atenga a él. De esta forma, advertía Facua, el documento que aprobase el Consejo de Cofradías como entidad concesionaria no podría contravenir lo establecido en la normativa municipal y, fundamentalmente, convirtiéndose así en unas condiciones generales de contratación del servicio del uso de las sillas y palcos.

Además de la reafirmación de que la suspensión de alguna o todas las estaciones de penitencia no conllevará la devolución del importe del abono, la gran novedad del nuevo reglamento es su régimen sancionador. El texto contempla sanciones leves, grave y muy graves, que van desde un simple apercibimiento por ensuciar el entorno, a la retirada definitiva del abono por su cesión o transmisión sin seguir los cauces establecidos. Una de las faltas de máximo castigo es “proferir insultos y realizar actuaciones, ya sean presenciales o en redes sociales, a abonados, terceras personas, hermandades o al Consejo General de Hermandades y Cofradías, que dañen la imagen de los reseñados, siempre que se puedan imputar, sin género de dudas, al autor o autores de los dichos actos”.

La sanción por la comisión de una infracción leve, será la de apercibimiento. En el caso de infracción grave, conllevará la suspensión del derecho por un periodo de uno a tres años. Las muy graves llevarán aparejada la suspensión del derecho por un periodo de tres años o la suspensión definitiva.

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