A punta de bisturí

Adolfo López / Médico y ex hermano mayor del Cerro

El Año de la Esperanza

09 de octubre 2025 - 17:19

Con el sabor de los últimos meses del pasado curso, con retrogusto a Roma y marisma, cuando la primavera se agotaba con la muerte de ese Gitano en su último aliento, ante los imponentes muros de Vespasiano, y el verano comenzaba en un insólito Pentecostés, improvisado tras el culto al Morador del Sagrario, altar materno con aroma de la Rocina; con los mejores compases de nuestros maestros del pentagrama grabadas sobre el empedrado de la Via Claudia, y los sonidos marismeños de tamboriles subiendo hacia la Costanilla; con el calor de los sevillanos, y sólo de los sevillanos, movilizando un imponente dispositivo en lo humano y económico difícil de comprender para los mismos sevillanos, y una nueva Madre sevillana era coronada por Sevilla, y ya van… Así, así expiró el curso pasado.

Pero lejos de saturar al respetable, con ilusionante fuerza comienza el nuevo año cofradiero, con nuevas coronaciones y sus respectivos aniversarios, efemérides fundacionales, conmemoraciones por la hechura o simplemente el traslado de un tempo, y misiones evangelizadoras para llevar a los rincones mas desfavorecidos a llevarles Esperanza.

Los cofrades en Sevilla vivimos una fe un tanto peculiar, una mezcla sacramental con una mihita de iconolatría, mucha confesión con lágrimas ante nuestras imágenes y poco confesionario, y menos cultos y más pasos en la calle, que no seré yo quien reniegue de lo que me enamoró de lo más puro y profundo que tiene esta, nuestra Sevilla, para acercarnos al Señor. Pero que digo yo que alguien tendrá que sentarse con las partes implicadas y la autoridad eclesiástica para poner un poco de mesura, sólo un poco, a tanta salida extraordinaria desmedida, donde petaleros, chilladores y cangrejeros compiten en la magnificación desbocada del acto entrando en el pantano cenagoso del histrionismo. Atendiendo sólo a los criterios hasta ahora refrendados por Palacio, corresponden al año seis salidas extraordinarias, además de todos los cultos de regla de todas las hermandades sevillanas y asociaciones parroquiales, sin hablar de las piratas, por lo que no es de extrañar que ya se haya puesto en estudio por parte de los parapsicólogos cuando un fin de semana no hay ningún paso en la calle en esta ciudad.

Por otro lado, también comienza fuerte el curso en la reivindicación de nuestro sector industrial de la propia Semana Santa, futuro económico de tantas familias y patrimonio sustancial de nuestra Historia. Hay que apoyar el consumo local y enorgullecernos de la creatividad del arte sevillano del sector, pidiendo a las instituciones que respalden al gremio, al igual que hay tantos con ayudas en otras áreas de nuestro sistema productivo. Pero no se debió haber puesto el foco en ningún competidor en concreto, hasta bautizarlo en el mal llamado caso “tran, tran, Pakistan”, el libre comercio es lo que tiene, y bastante tienen en determinados países de vivir como pueden, que no se olvide que somos hermandades. Ojalá le pongamos el mismo entusiasmo en apoyar y consumir la fruta y verdura de agricultores españoles y lo miremos en las etiquetas de los supermercados al comprar, o exigirles a los médicos foráneos la misma preparación de los nuestros, que “el comer” y “la salud” nos atañe a todos.

Y como tercera pata de la mesa, pues la cuarta pronto la podremos contemplar cuando la Madre de Dios nos devuelva su mirada, es el olor a despedida en el último curso de este Consejo, que puede vanagloriarse de haber sido una revolución en estos dos mandatos. Una valiente reforma de la carrera oficial, con… bueno, quitaron mil sillas de Sierpes. Una reestructuración integral de los horarios e itinerarios de las cofradías, con… bueno, con todas las cofradías enfrentadas y cabreadas. Con meritocracia en los nombramientos de los pregones, carteles e imágenes para vía crucis... bueno, no, mejor cambiamos de tema. Ah, sí, magnífica Magna para cerrar el Congreso , claro, con las mejores devociones de capital y provincia, éxito garantizado aunque no se hubiera celebrado el Congreso, que le valió la Medalla de la Ciudad.

Y ahora, siete años después, el numero de nazarenos es un problema, el año en que se va, señor presidente. Recuerda a uno que ha llegado a la conclusión, siete años después, que tenemos un problema con la vivienda, el último año…

El tiempo dará y quitará razones, los ríos buscan su cauce hasta desembocar, y el pueblo dará o quitará las medallas de verdad que son las del corazón y la memoria. Y no podía ser mejor el lienzo de este año jubilar para pintar la Esperanza, para pedirle a Ella que lleguen a nuestras corporaciones almas limpias y manos curtidas, donde prime el trabajo al protagonismo, donde el interés general reine sobre el individualismo, y donde la palabra humildad impere sobre la soberbia. No son deseos vanos, yo lo conocí, y me niego a creer que los valores estén pasados de moda, solo hay que saber renunciar a los egos y tender la mano a las personas apropiadas, nunca perderé la Esperanza.

stats