El paso procesional de Jesús de la Pasión: una joya a recuperar

La imagen fue estrenada en su totalidad, respiraderos incluidos, en 1949

Vino a sustituir al primitivo de Pedro Domínguez, perdido en un incendio en 1940

Agenda cofradiera del tercer fin de semana de julio en Sevilla

El paso de Pasión en la tarde del pasado Jueves Santo
El paso de Pasión en la tarde del pasado Jueves Santo / Juan Carlos Muñoz

Sin género de dudas, constituye uno de los instantes supremos de la semana mayor hispalense: cuando, en la tarde del Jueves Santo, ya agonizante y tibia, retirados los amarillos del ocaso y preparada la ciudad para transmutar a otra dimensión, asoma por entre los naranjos de la Colegial del Salvador el paso de Nuestro Padre Jesús de Pasión.

El Señor, obra preclara de la imaginería barroca andaluza, no ha variado su forma y su profundidad armónica y espiritual. A ojos de tantas generaciones, en Él se concentran no solo oraciones; también los hondos suspiros que señalan el abismo de la fiesta. Sin embargo, su presencia en las calles, como es natural con el paso de los tiempos, se ha visto modificada. Ochenta años en clave cofradiera es un periodo más que respetable, pero aún casi circunstancial en una corporación de siglos. Sin embargo, la identidad no entiende en ocasiones de modelajes temporales. Surge y permanece.

Ha anunciado la hermandad de Pasión en estas horas el inicio de la restauración del paso procesional de Nuestro Padre Jesús de la Pasión, un conjunto de incalculable valor histórico pero, sobre todo, sentimental; cuando contemplamos esa sucesión de capillas, esos rotundos faroles y esos primorosos respiraderos sabemos que estamos ante una pieza de especial sensibilidad. Esta restauración, que se prolongará hasta el año 2028, pretende recuperar el esplendor absoluto del la misma.

Las andas de Domínguez

El 8 de abril del año 1900 los hermanos de Pasión aprueban en un cabildo general la confección de unas nuevas andas procesionales para el Señor. El dibujo escogido fue el presentado por el escultor Pedro Domínguez, frente a las propuestas de Emilio Pizarro y Joaquín Andrade, que no fructificaron. Tres años más tarde, los hermanos eligen a Manuel Gutiérrrez Reyes para que ejecutase toda la carpintería por un precio cercano a las cinco mil pesetas, un autor que ya había trabajado para otras corporaciones como la Lanzada con el paso neogótico de finales del XIX. Nombres como Virgilio Mattoni o los hermanos Bilbao trabajaron en la comisión de seguimiento del proyecto. Otros tiempos...

El paso del Señor de Pasión obra de Domínguez y Reyes Cano, de principios del XX
El paso del Señor de Pasión obra de Domínguez y Reyes Cano, de principios del XX

Aquellas andas portaron al Señor de Pasión durante casi medio siglo, si bien sufrieron modificaciones especialmente los candelabros, realizados por Antonio Infante, el autor de las nuevas manos de las Aguas del Museo. Antonio Amián ya diseñó incluso unos faroles para el Señor, estrenados allá por 1923. Sin embargo, en la noche del 18 de agosto de 1940, se declara un incendio en los depósitos de Intencendia de Sanidad, en la calle Lope de Vega. Allí estaba guardado el paso del Señor de Pasión, que fue totalmente destruido.

El paso de Cayetano

El Jueves Santo de 1941, como es sabido, el Señor procesionó en unas sencillas andas portadas por los hermanos vvestidos de nazareno, y al año siguiente la hermandad del Amor cede su paso procesional. Fue ya en el año 1943 cuando el atista Cayetano González ejecuta el actual paso procesional, una pieza que combina marfil, madera dorada y la plata. Se fue terminando por fases: primero la canastilla, y posteriormente los respiraderos, hasta que en 1946 sale totalmente terminado.

El actual paso de Nuestro Padre Jesús de Pasión
El actual paso de Nuestro Padre Jesús de Pasión / Hermandad

Su programa iconográfico fue supervisado por los sacerdotes José María Bandarán y Valentín Gómez, y consta de cuatro capillas en los flancos de la canastilla, representándose temas como el Triunfo de la Eucaristía, la Virgen de la Merced, la Exaltación de la Cruz y cartelas con escenas de la Pasión. Los faroles esquineros, por su parte, son de sección octogonal y de cinco luces cada uno. En 1949 se culmina todo el proyecto con el estreno de los respiraderos, tabién de Cayetano, donde la plata se combina con la madera dorada y los lígneos relieves policromados de los doce Apóstoles.

Aunque el paso fue restaurado a principios de este siglo, con la supervisión de los Hermanos Delgado, la corporación afronta nuevamente la restauración más profunda de esta verdadera joya procesional, para gozo y deleite de todos los cofrades, que en él capitulan el tiempo y el espacio de cada Semana Santa.

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