La placa de Martínez Montañés luce de nuevo en la Magdalena
La lápida que recuerda su enterramiento en la plaza de la Magdalena ha sido restaurada y restituida en la fachada de la calle Rioja tras tres años
La placa de Martínez Montañés se instalará finalmente en la calle Rioja
La ciudad recupera parte de su memoria. Tres años después, la placa que explica que Juan Martínez Montañés está enterrado en la Plaza de la Magdalena ha sido repuesta. La promotora del hotel de cinco estrellas que la eliminó de su fachada durante las obras la ha restaurado y la ha situado en el lateral del edificio número 26 de la calle Rioja, haciendo esquina con la plaza, un lugar significativo y cercano a su ubicación anterior que permite una buena lectura, tal y como se acordó con la Gerencia de Urbanismo.
Los operarios comenzaron a colocar la placa el pasado lunes, toda vez que la Comisión Local de Patrimonio Histórico avalara la intervención el pasado 13 de junio y que la comisión ejecutiva de la Gerencia autorizará su colocación una semana después, aunque no será hasta este miércoles cuando se retiren los andamios y sea visible. Con la intervención, la ciudad recupera parte de su memoria, ya que la placa, que fue retirada cuando comenzaron las obras del hotel, ofrece una importante información histórica del lugar y del personaje, uno de los más importantes escultores del siglo XVII. Eso sí, la pieza ha perdido la cenefa decorativa.
La reposición de la lápida estaba a expensas de la reproducción de la dedicatoria de su reverso. Como avanzó este periódico, tras retirarse de la pared en la que se instaló en el año 1937, se descubrió que el material había sido reutilizado. La placa recordaba en su cara oculta a Vicente Picaluga García, académico que fuera director de la Escuela Superior de Artes e Industrias y Bellas Artes. Este homenaje data de 1907, pero se desconoce dónde estaba instalada y porqué se decide reutilizarla para honrar posteriormente a Martínez Montañés.
Durante los últimos meses se analizaron diversas ubicaciones para recuperar la placa de Martínez Montañés. La propietaria del hotel descartó su ubicación anterior por problemas de sustentación en la nueva fachada. Una de las propuestas era trasladarla a la fachada de la iglesia de la Magdalena. Esta opción fue rechazada puesto que la actual parroquia era el convento dominico, y porque una de las funciones de la lápida era ofrecer información histórica sobre el lugar, quedando descontextualizada con este desplazamiento. También se planteó su reubicación sobre un pedestal en la propia plaza, permitiéndose así su doble lectura. Otra opción fue ponerla en la fachada de la calle José de Velilla del segundo edificio del hotel, el número 26 de la calle Rioja. Finalmente también se descartó por su menor visibilidad.
Una vinculación de más de un siglo
La vida de Martínez Montañés estuvo fuertemente ligada a la antigua Parroquia de la Magdalena, derribada en 1811 durante la invasión francesa. Su familia estuvo vinculada con esta iglesia durante más de un siglo. El primer documento que se conserva de Martínez Montañés en el archivo parroquial data de 1598 y recoge el nacimiento del segundo hijo de su primer matrimonio con Ana de Villegas. Ese mismo año se instaló en la calle de la Muela, actual O’Donnell.
El archivo de la Parroquia de la Magdalena conserva otros muchos documentos relacionados con el imaginero, que fue feligrés ilustre junto con Zurbarán o Murillo, como el documento de su segundo matrimonio o el certificado de defunción fechado el 18 de junio de 1649.
La lápida ofrece una importante información histórica sobre el ilustre personaje, allí enterrado, y de la plaza en la que estuvo la parroquia. El Inventario-Diagnóstico de los Monumentos Públicos de la ciudad ofrece la descripción de la placa y se detallan sus datos históricos. La lápida cuenta con la siguiente leyenda: "Juan Martínez Montañés/ yace sepultado en esta plaza/ antigua iglesia parroquial/ de Santa María Magdalena/ y tuvo el taller de sus famosas esculturas/ en casa cercana a dicho templo/ La Academia de Bellas Artes de Sevilla de Santa Isabel de Hungría/ dedicó este homenaje a la memoria del insigne imaginero/ en el año del señor de 1937".
En cuanto a su valoración patrimonial, el inventario realizado por el Ayuntamiento dice esto: "Esta lápida es resultado de una iniciativa cultural que recuerda un hecho histórico relacionando con este lugar. En este sentido, debe entenderse como un monumento homenaje al escultor Juan Martínez Montañés. También aporta información histórica sobre este lugar".
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