Las sillitas plegables, una tradición que se perpetúa en Sevilla a pesar de las prohibiciones y las multas

El Palquillo

El riesgo de una sanción económica no disuade a muchos ciudadanos de seguir utilizando un complemento que en los últimos años se ha convertido en una costumbre más de la Semana Santa

La Policía levanta a 90 personas que usaban sillitas el Domingo de Ramos en Sevilla obstruyendo la movilidad

Las sillitas y sentarse en la calle estarán prohibidos en las zonas críticas en Semana Santa de Sevilla si se impide la movilidad

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Las sillitas portátiles en la Semana Santa de Sevilla / Rafa Del Barrio

La Semana Santa de Sevilla es un conjunto de tradiciones ancestrales que perviven así pasen los años a las que se van sumando otras costumbres que no son más que fruto de la evolución de los tiempos y de las personas. Las sillitas plegables son una de ellas y da la impresión de que amenazan con perpetuarse en el tiempo por mucho que el Ayuntamiento intente ponerles coto y la Policía Local ya haya empezado a levantar a ciudadanos de a pie de esos complementos que precisamente permiten que dejen de estar de pie.

La noticia ocurrió el Domingo de Ramos y se supo el Lunes Santo. El Centro de Coordinación Operativa (Cecop) del Consistorio informó ese día de que agentes de la Policía Local levantaron en la víspera a unas 90 personas que con estas sillitas plegables obstaculizaban la movilidad en el recorrido de la procesión de la Borriquita y en la zona de las calles Molviedro, Zaragoza, San Pablo y O'Donnell. Aunque la nueva norma contempla incluso la imposición de sanciones económicas a los usuarios de estos artilugios, los policías no tuvieron que recurrir a tan gravosa medida porque las personas advertidas se irguieron en cuanto fueron requeridas por la autoridad.

Que las sillas estén vetadas, con toda la lógica del mundo, en esquinas, recodos y cruces fundamentales para la correcta movilidad del numeroso público que abarrota las calles no significa que hayan desaparecido del mapa urbano de Sevilla en estos días. Ya sea por necesidad, porque quien la usa sea mayor o tenga problemas de salud, ya sea por cansancio o ya sea por pura pereza y ausencia de ganas de esperar de pie a que llegue la cofradía de turno, estos reposatraseros que en su día fueron introducidos con su proverbial visión de negocio por comerciantes chinos fueron un éxito instantáneo y por ahora no se les augura un final a corto plazo. Son parte de la Semana Santa como también lo son los vendedores de globos, las bolas de cera o los cangrejeros que se apiñan entre los ciriales y los pasos.

El Ayuntamiento ya había avisado de que mantendría la restricción del uso de este tipo de asientos portátiles en los lugares donde perjudican la movilidad. Así, prohibió su uso en zonas críticas: el eje de las calles Laraña y Orfila (José Gestoso-Lasso de la Vega), la Plaza del Duque, Cuna-Acetres-Rivero, Villegas, Sagasta, Córdoba, Francos, Chapineros, Alemanes, Argote de Molina, Arfe, Altozano, San Jacinto, Gerona, Jerónimo Hernández, Alcázares, Baños, la Gavidia, Rioja, Santa Bárbara, Trajano, Águilas y Plaza de Pilatos.

En ese primer día de la Semana Santa, los agentes también intervinieron 28 sillas plegables que fueron abandonadas en la vía pública por un vendedor ambulante que huyó al percatarse de la presencia de los efectivos policiales.

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