La Policía Nacional detuvo este domingo a un conocido delincuente sobre el que pesaban una decena de reclamaciones judiciales, algunas de ellas con orden de ingreso en prisión. Se trata de un hombre de 36 años identificado mediante las iniciales J. Y. L. y al que se conoce con el apodo de Casper. La intervención policial se produjo después de que un agente fuera de servicio lo reconociera por la calle y solicitara apoyo a sus compañeros para poder apresarlo.

Los hechos ocurrieron sobre las ocho y cuarto de la tarde de ayer en la avenida de Francia, en Los Bermejales, barrio de donde es originario este fugitivo. El policía nacional que estaba fuera de servicio se encontró por la calle con el sospechoso y lo reconoció sin ningún género de dudas. Como sabía que estaba reclamado por la Justicia, el agente se puso en contacto con la sala del 091, que envió en un primer momento a una patrulla camuflada.

Entre los tres policías organizaron un plan para poder detener al fugitivo. Dos de los agentes fueron por un lado de la calle y el tercero por el otro, cortándole al delincuente la posible vía de escape. El reclamado se encontraba a poca distancia de la puerta de su casa y en compañía de varias personas. 

Los agentes abordaron al sospechoso y se identificaron como policías. Consiguieron reducir al delincuente, que opuso una fuerte resistencia a su arresto. Durante la refriega, dos de los agentes resultaron lesionados, uno con dolor en el cuello y el otro en el hombro. Además, el detenido rompió a uno de los policías su reloj inteligente.

En el lugar de la detención empezaron a concentrarse una serie de personas que increpaban a los policías, por lo que éstos pidieron apoyo y un patrullero uniformado llegó hasta la avenida de Francia para hacerse cargo del detenido y llevárselo a la Jefatura Superior de Policía, donde permanece a la espera de pasar a disposición judicial.

El delincuente tiene un amplio historial delictivo y se dedica a los robos desde que era muy joven. En su hoja de antecedentes figuran robos con violencia con métodos como el de la sirla, a punta de navaja, o los tirones a bordo de un ciclomotor.