Golpes, amenazas, gritos, daños en el material de trabajo, persecución e, incluso, un intento de atropello. Son agresiones reales que ha sufrido el personal sanitario en Sevilla. El Servicio Andalucía de Salud (SAS) registró 388 notificaciones de violencia física y verbal entre sus trabajadores durante 2023. La cifra representa más de una agresión cada día en centros sanitarios de la provincia y supone un 21,7% más que la que se registró un año antes. De todas esas conductas violentas, 62 fueron físicas, nueve más que en 2022.

"Nos preocupa y mucho", dijo ayer la consejera de Salud y Consumo, Catalina García, durante una entrevista en Canal Sur Televisión. "Creemos que es un problema general, un problema de la sociedad. Se está convirtiendo en una norma, y eso no puede ser, el solucionar un problema con una agresión. En Andalucía en un año hemos aumento en sanidad las agresiones en un 6%, pero vemos cómo, más allá de lo sanitario, en los Cuerpos y Seguridad del Estado, en dos años, se han incrementado un 13% las agresiones y, en los profesores, han aumentado un 21%. Eso nos da una visión global de que es un problema que no está sólo pasando en el ámbito sanitario", ha indicado García.

"La gente viene crispada a las urgencias. Quieren que les vea el médico en el momento porque para cual su urgencia es la más importante y se producen estos ataques con los que, al final, perdemos todos", comentan a este medio desde el anonimato algunos profesionales consultados. "El personal sanitario ha sufrido un maltrato crónico por los contratos precarios y las malas condiciones laborales y retributivas, que han hecho que se vayan a otras comunidades u otros países. Eso ha provocado una carencia de personal en algunos centros que, irremediablemente, hacen aumentar las listas de espera y las demoras, lo que provoca esa crispación en los pacientes que, por supuesto, nunca va a estar justificada en las agresiones al médico", apostillan.

En esta línea, la consejera anunció ayer una modificación en la Ley de Salud, que incluirá una ley específica de agresiones, y remarcó la puesta en marcha de un Observatorio de Agresiones y el trabajo desde el Gobierno andaluz en un futuro régimen sancionador para proteger al trabajador. "Cuando un profesional sanitario, que es el que nos cuida toda la vida, desde que nacemos hasta que morimos, sufre una agresión, le cuesta mucho trabajo volver a tener confianza para volver a su puesto de trabajo. Nadie se puede imaginar lo que es estar en su puesto de trabajo y que alguien venga y te agreda cuando tú lo que estás haciendo es cuidarlo y cuidar de su salud. Vamos a poner medidas, pero hago un llamamiento a los andaluces a que nunca un problema puede estar solucionado con una agresión", apostilló García.

Con todo, fuentes del SAS destacan la existencia del Plan de Prevención y Atención frente a agresiones, que cuenta con un programa especial de acompañamiento al profesional agredido y un profesional con formación específica que ejerce como guía en la prevención de agresiones y actuación ante las mismas. "Esta figura del profesional guía tiene el objetivo de acompañar, asesorar en los trámites y dar apoyo al trabajador que sufre una agresión", explican desde el SAS. Asimismo, el plan habilita también "canales ágiles y rápidos para que la persona que sufre una agresión ya sea verbal o física, no esté sola momentos después de ser agredida", añaden. Además, se facilita atención psicológica durante el tiempo que sea necesario y asesoría jurídica de los profesionales que deciden denunciar.

La Administración sanitaria pone en valor las medidas adoptadas en los centros sanitarios de la provincia para prevenir las agresiones. Hay más de 7.000 medidas de seguridad. Entre ellas, 584 cámaras de seguridad, 681 timbres en consulta, 25 consultas comunicadas con interfonos, 2.395 teléfonos en consultas, 1.447 salidas alternativas o 1.881 terminales en puestos de trabajo en consultas con el software antipánico instalado.