Cultura desautoriza el proyecto de Robles para el bar Laredo
Las obras del histórico local se estaban realizando sin autorización de la Junta de Andalucía · La Delegación Provincial obliga a mantener la planta clásica del café
La Comisión Provincial de Patrimonio Histórico lo tiene claro: el bar Laredo debe permanecer como siempre. Por lo pronto, ha desautorizado el proyecto de remodelación que está llevando a cabo la empresa Robles (nueva propietaria del local) en el histórico café de la calle Sierpes y ha abierto un expediente informativo para "dilucidar las responsabilidades que se hayan producido, dado que la obra se estaba ejecutando sin la autorización de esta Delegación Provincial [de Cultura]".
El organismo presidido por el delegado provincial de Cultura, Bernardo Bueno, decidió el pasado 23 de abril obligar a la empresa Robles a realizar "un reformado" del proyecto "en el que se mantenga la organización previa de la planta, garantizandose la recuperación de los rótulos originales de Bar Laredo". Ambas cosas, hoy por hoy, han desaparecido. El interior del local, con su característica distribución en dos espacios (uno de barra y otro de mesas) separados por una reja de hierro, fue vaciado nada más comenzar las obras de remodelación. Por su parte, los rótulos originales de los que habla el acta 211 de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico han sido arrancados de los lunetos que enmarcaban los arcos de medio punto tan característicos del primer cuerpo del edificio Laredo, como bien podía ayer comprobar cualquier paseante de la plaza San Francisco.
El texto del acta no oculta sus temores y sospechas por un proyecto que, desde el principio, ha estado marcado por la polémica. "Esta Comisión considera que, al margen de la recuperación de elementos de interés, integrantes originariamente de esta actividad, como los rótulos sobre los huecos o la rejería que delimitaba la zona de las mesas, se ha producido ya una intervención que posiblemente haya afectado a los valores patrimoniales del inmueble, lo cual lamenta esta Comisión, y ello independientemente de las transformaciones ya sufridas a lo largo del tiempo". Es decir, que la empresa Robles no puede escudarse en anteriores restauraciones, como la que hizo desaparecer en su día los frescos que Juan Miguel Sánchez pintó para el histórico bar.
El bar Laredo ha sido durante décadas uno de los bares de referencia del centro de Sevilla. Fundado en 1939, el último propietario de su época clásica fue Rodrigo Díaz de la Roza, miembro de una saga de montañeses (un clan históricamente vinculado a los negocios de restauración) que traspasó el negocio a mediados del año pasado a la empresa Robles, que ha pagado por esta operación un total de 300.000 euros, de los que el 30% (90.000 euros) han ido a parar al Ayuntamiento de Sevilla, propietario del edificio Laredo (en el que tiene, además, su centro de prensa y una oficina de información al turismo).
La empresa Robles, que pretende llamar al bar Robles-Laredo, tendrá derecho a explotarlo durante diez años, fecha en la que el Ayuntamiento sacará el negocio a concurso público.
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