Curro

Curro

  • El autor, profundo conocedor de la figura del faraón de Camas, dedica este artículo al genial torero con motivo de su 87 cumpleaños.

Curro Romero

Curro Romero / M. G. (Sevilla)

Curro, cinco letras. Una letra más que “arte” y una menos que “eterno”. Una letra donde cabe toda una vida, una letra de devoción sostenida en el tiempo, ese tiempo parado en unas muñecas donde la verónica nunca termina. Curro, palabra rotunda que sentencia en soleá o martinete la grandeza de un cante que en silencio tiene ecos de “ole”. ¿Hay hombre más allá del hombre? La invisible huella queda siempre más allá de la obra y permanece, como una caricia, sostenida en la memoria. Curro, qué fácil es explicar lo difícil con su nombre. Hay hombre más allá, es el destino de los héroes que vivieron el Olimpo de los dioses y tocaron con las yemas de los dedos su gloria. Escribo “Curro” y una sonrisa llena el nombre, se pausa la voz al decirlo y lo mece al compás dejándolo ir como un natural que remata una tanda.

Curro, nombre de faraón para que le escriban los poetas, aroma de romero sostenido en la maceta del corral donde la vida se expresa, susurro porque duermen en él vuelos de capote y muleta. Cinco, cinco letras. Tiene Curro el saber del que no puede contarlo más que por la sentencia de los hechos. Yo lo he visto llevando al aire la verdad desnuda de un muletazo suelto en el recuerdo y cierro los ojos y sigue allí, erguida la figura con la verticalidad majestuosa del toreo sevillano, dictando cátedra de lo que fue, es y será su tauromaquia. La cintura juega guiada por las muñecas y los brazos acompañan el son, unas zapatillas que no se mueven son eje de la verdad del valor del que se los pasa más cerca y más templado, penitencia pagada en el eclipse que el arte hace de la valentía. Curro, como cinco son los dedos de una mano que contaron cinco califas del toreo para prestar el cinco de sus letras a un faraón. Curro, con la C del cante y el compás pausado en el paseíllo que abre siempre el baile entre la vida y la muerte que es el toreo. Nadie hará nunca mejor ese camino que lleva del hombre al héroe cuando el cerrojo se abre, nadie medirá nunca más mejor los pasos que hay de lo invisible a lo manifiesto.

Sigo viendo albero debajo de sus pies cada vez que lo veo, como si fueran sus pasos los que vistieran de albero las aceras de las calles por donde pasa. Curro, ese es el nombre de la magia que sigue haciendo posible los sueños del mañana. Curro, pasará el tiempo como todo lo que pasa, pero cinco letras guardarán siempre la esencia y seguirán perpetuando el arte con su magia. Ayer fue tu cumpleaños, con las cinco letras de tu nombre te felicito, con esas cinco letras hago bandera de esta legión de partidarios huérfanos que vivimos en ellas, Curro.