Famas y Cronopios entre la Alameda y Torneo
calle rioja
Recuerdos. Paco Gallardo leyó en la Carbonería de la calle Parras fragmentos de 'Cuaderno de San Lorenzo', "un libro de orfandad" con dos Macondos: Manzanilla y Mairena
Dos Macondos en su vida que no se llaman Aracataca, como el pueblo colombiano donde García Márquez sitúa Cien años de soledad. Los Macondos de Paco Gallardo (Sevilla, 1958) son Manzanilla, en Huelva, y Mairena, en el Aljarafe sevillano. Su realismo mágico, deudor de Cortázar, no es sólo literario. Paco, médico, novelista, antiguo jugador de baloncesto, cumple 10 años el mismo día (30 de enero) que nace el actual rey Felipe VI. Una década prodigiosa que aparece en su libro Cuaderno de San Lorenzo (Algaida), del que leyó una selección de emotivos fragmentos en las lecturas dominicales de la Carbonería de la calle Parras.
El libro lo empezó en Facebook y lo terminó en un convento de monjas de Carmona. Dos maneras distintas de clausura. "Es un libro de orfandad", reconoce. En 1989 fallece Padre, "el día que con mi padre inventé el campo"; en 2018 pierde a Madre, "el día que con mi madre inventé el cine". "Me quedé huérfano, no pude ir a trabajar, me puse a dar vueltas por Sevilla y me encontré con Julio Manuel de la Rosa". Tercero de cuatro varones, ahora vive con cuatro mujeres, Mamen y sus tres hijas, en la plaza de San Lorenzo, el lugar donde alguna vez ha dicho que lo busquen Iñaki Gabilondo si no lo encuentran en ningún sitio. "Quiero mandarle un libro a Iñaki".
Agustín María García López hizo las veces de mantenedor en una sesión gozosa. "Terminé el libro llorando. El duelo había terminado. Para mí ha sido un libro terapéutico, sanador". Y debe saber de lo que habla quien tantos dolores ha mitigado en espaldas, rodillas, omoplatos, clavículas… El libro como herramienta sanadora y terapéutica fue la tesis del discurso de ingreso de su amigo Ismael Yebra en la Academia de Buenas Letras.
Aquella orfandad le regaló "todo el tiempo del mundo". Una medida precisa en puertas de un noviembre que conmemora el centenario de la muerte de Marcel Proust. De dónde le viene la fascinación por los libros. Los que lee, los que escribe… "Mi padre era un hombre sabio al que sólo le vi un libro, 'El divino impaciente', de Pemán". Dedica este 'Cuaderno de San Lorenzo' a 'Rayuela' de Cortázar y a Jesús de la Rosa, el cantante de Triana nacido en la calle Feria. Una calle que honra en el título de su primera novela, a punto de ser reeditada y ampliada, El rock de la calle Feria. Una calle que denomina "la quinta Avenida de Sevilla" o "los Campos Elíseos del niño". Una calle que ha dado un torero (Juan Belmonte), un santo (san Manuel González, que fue obispo en Málaga y Palencia) y un rockero (Jesús de la Rosa).
Con su madre, el tercero de los Gallardo, uno menos que los Karamazov y los Panero, descubrió el cine. Estos Cahiers de San Lorenzo llevan un cartel con Cary Grant y Audrey Hepburn. Cuadernos de Cinemà en una plaza con dos iglesias y tres hermandades: Gran Poder, Bofetá y Soledad de San Lorenzo, de la que son hermanos los Gallardo. La iglesia de la que es párroco Paco Reyes y de la que en tiempos lo fue Marcelo Spínola, el primer cardenal de Sevilla en el siglo XX.
El carbonero, Luis Astola, se pone a un lado. Sirve botellines a la distinguida clientela. En primera fila, Manolo Imán, otro músico de leyenda, que fue compañero de colegio en los Escolapios de Ismael Yebra, y Antonio Molina Flores, de Cuadernos de Roldán. Varios libros en una de las ventanas que da a la calle. Lo miran algunos curiosos. Por Parras pasan Rafa Iglesias, el agitador cultural del barrio, y Pipo, el Van Basten de la Alameda. El botellín también se queda huérfano cuando Paco Gallardo evoca a su madre que empanaba filetes "cantando por la Piquer". En la calle Parras donde es muy fácil evocar la voz de Juanita Reina, nacida en este afluente del Mekong macareno. La tonadillera que murió el mismo día que el poeta José Agustín Goytisolo.
Habla Gallardo de sus otros libros. "Cuando le llevé al editor mi primera novela me la rechazó con el argumento de que estaba bien como cuarta novela, no como primera. Le dije que estaba escribiendo El rock de la calle Feria. Ésa la quiero, me dijo. La llevaba por la mitad". Julio Verne y sus diferentes formas de viajar (globo, submarino, elefante, barco de náufragos) tuvo mucho que ver en sus inquietudes literarias. En Badajoz lo premió un jurado del que formaba parte Fernando Marías, escritor bilbaíno que no tenía ninguna relación con Javier Marías. Los une que ambos murieron este año, uno en febrero, el otro en septiembre.
Al doctor Gallardo le atraen "las vidas no vividas", apuntes de sus estancias en París, Seattle, Bruselas. Otra novela que le marcó fue Si te dicen que caí, de Juan Marsé. Cuaderno de San Lorenzo es una guía casi joyceana de ese Dublín becqueriano entre San Vicente y Trajano donde el narrador se detiene en Casa Joaquín, el tabernero poeta al que su hijo Javier Castro le editó los versos; o Casa Ovidio, local con nombre de poeta que en realidad era futbolista (hoy Casa Ricardo, museo de las croquetas).
Los Gallardo crecieron en Santa Ana, "calle de los Lienzos", que desemboca en la Alameda, calle que tiene un convento, la vivienda de un arquitecto y hubo varios estudios de pintura. En San Lorenzo han pintado Salinas, Ricardo Cadenas, Concha Ybarra, Ricardo Cadenas… La infancia y adolescencia del rockero de la calle Feria que fue buscando famas y cronopios desde la Alameda hasta Torneo, cuando el mundo cabía en un dédalo de calles.
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