El Faro de Triana se apunta a MasterChef

El Faro de Triana cambia la comida popular de la cadena Hermanos Gómez por una de altura a buen precio. "Conseguiremos que se coma bien a un precio razonable y que sea un sitio emblemático de la hostelería sevillana". "Y será comida tradicional". Al menos así lo prometen los nuevos dueños que se hicieron el lunes con la concesión de este histórico edificio perteneciente al Puerto de Sevilla. La UTE Faro de Triana que se ha adjudicado la concesión está formada por los empresarios de hostelería Germán Franco Ayala, Adriano Díez S.L. y High Market S.L.

Estos nombres, confirmados este martes por la Autoridad Portuaria, corresponden al hijo del conocido hostelero de Los Palacios que lleva el afamado restaurante Casa Juanma, cuyo vástago se independizó hace pocos años para montar el restaurante Sacristría, y a los empresarios de la noche Rafael Cebolla y Óscar Vega, el primero de los cuales lleva los bares Líbano y Chile y el segundo el Dadá y el Antique. La sociedad High Market S.L. la componen en realidad varios socios, pero es Óscar Vega quien está a la cabeza.

A falta de que los adjudicatarios reciban la notificación oficial de la concesión por parte de la Autoridad Portuaria de Sevilla, varios de los socios de la UTE accedieron este martes a explicar a este periódico algunos detalles de su proyecto para transformar por completo este edificio y devolverlo a su origen: 1922.

La idea es recuperar el diseño de piedra natural que "casi todo este inmueble" tenía cuando se concibió para acoger la sede de la compañía de barcos de vapor que trasladaba a los sevillanos a las playas de Sanlúcar. Bajo las capas del enfoscado pintado de color amarillo de la fachada se cree, como poco, que las dos primeras plantas del Faro están construidas con la misma piedra de los pilares del Puente de Triana, estiman los especialistas consultados por los socios de la UTE Faro de Triana. De ahí el interés por recuperar la fachada original.

La obra tratará de reproducir la imagen que tenía el Faro en los años 40 del siglo pasado, tal y como aparece en las fotografías de la época que se conservan, ya que el edificio ha sufrido muchos añadidos e intervenciones posteriores que han alterado su fisonomía.

En el proyecto definitivo de intervención, que aún no se ha redactado, también se contempla habilitar el acceso al restaurante a las personas con problemas de movilidad, algo de lo que hasta ahora carecía el establecimiento gestionado por Hermanos Gómez. El acceso al restaurante desde la calle Betis es imposible para las personas con dificultades de movilidad, ya que hay que subir la tremenda escalinata que conduce hasta el puente de Triana.

Los nuevos dueños recibirán el edificio de manos de sus actuales gestores (Hermanos Gómez) a finales de este año, se espera que en torno a los meses de octubre o noviembre. Y, si todo marcha bien, el establecimiento abrirá sus puertas completamente renovado antes del verano de 2016, según explicó este martes uno de los socios.

La inversión prevista para renovar este edificio está aún en el aire hasta tanto se cierre el proyecto de construcción, apunta la UTE adjudicataria, que aún debe constituirse como tal. De momento están contactando con posibles arquitectos que podrían redactarlo.

Con este nuevo establecimiento se completará un eje de hostelería de alta calidad a ambos lados del puente de Triana conformado por los establecimientos del mercado de Triana, y los de las Naves del Barranco. Estos últimos tienen un precio más elevado que los del mercado de Triana. En todo el barrio la hostelería es especialmente buena y de altura en la calle Castilla, Alfarería, San Jacinto, Pagés del Corro, Pureza, Antillano Campos, por citar algunos ejemplos.