El arquitecto Fernando Mendoza ha sido recibido en la tarde de este martes como académico numerario de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría de Sevilla. En su discurso, con el título Los años de plomo del patrimonio arquitectónico en Sevilla, Mendoza repasó las importantes pérdidas patrimoniales sufridas por la ciudad en tiempos recientes. La contestación corrió a cargo de Juan Ruesga Navarro.

Durante su discurso de ingreso, Mendoza, habitual colaborador de este periódico, realizó un recorrido muy gráfico sobre los grandes atentados patrimoniales perpetrados en Sevilla durante los últimos años del franquismo y los primeros de la Democracia. “Si políticamente el término años de plomo’ está acuñado para referirse a épocas turbulentas, de inestabilidad y violencia terrorista, yo lo he tomado prestado para tratar una etapa de la ciudad, desconocida para las nuevas generaciones de Sevilla y olvidada, en parte, por las más veteranas, en la que el patrimonio arquitectónico local sufrió una violencia sin límites”, expuso Mendoza, que trató sobre numerosos edificios perdidos, cómo se arrasó un barrio entero como San Julián, o la terrible irrupción de la marea negra de asfalto que ocultó los bellos pavimentos de adoquín de la ciudad.

En esos años, como abundó, fue destruido buena parte del patrimonio histórico sevillano ante la indiferencia de muchas instituciones. Pero tanta calamidad tuvo su respuesta en un grupo de jóvenes arquitectos que supo ponerle freno o, al menos, replicar para que la situación comenzara a cambiar. “Su profunda convicción y su espíritu de lucha hizo frenar esta destrucción masiva e, incluso, revertir las iniciativas hacia la rehabilitación y recuperación del caserío y, en parte, de la propia identidad de la ciudad”.

Mendoza, fruto de su buen hacer, fue galardonado en el año 2008 con el Premio Nacional de Restauración por su rehabilitación de la iglesia del Salvador. Además, ha sido responsable de múltiples obras de restauración en Andalucía. En Sevilla, por ejemplo, la del conjunto monumental de San Luis de los Franceses, la Casa de Murillo, o la Casa del Rey Moro. Actualmente, tiene en proyecto la recuperación de las zonas más dañadas del convento de Santa Inés, como el fantástico Claustro del Herbolario.