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La Guardia Civil detecta una nueva estafa telefónica a hosteleros de Sevilla y Madrid

  • Los delincuentes se hacen pasar por empresas de suministros de luz, agua o gas y amenazan con cortar el servicio si no se abonan unas supuestas facturas pendientes

  • Hay cinco identificados, de los que tres ya han declarado como imputados por tres delitos

Una agente de la Guardia Civil trabaja en un ordenador.

Una agente de la Guardia Civil trabaja en un ordenador. / DGGC

La Guardia Civil ha detectado una nueva estafa en la que los delincuentes se hacen pasar por empresas suministradoras de servicios de primera necesidad, como luz, gas o agua. La mayoría de las víctimas son hosteleros. Se han detectado al menos cuatro casos, tres de ellos en La Rinconada y uno más en Tres Cantos (Madrid). 

Los investigadores han identificado a cuatro personas de nacionalidad española y una rumana como presuntas autoras de esta estafa. Se les imputa también los delitos de blanqueo de capitales y pertenencia a grupo criminal. A tres de ellos ya se les ha tomado declaración e información de su condición de investigados por estos cargos. Según ha informado este jueves la Guardia Civil, los miembros de esta organización, asentada en Madrid, se dedicaban a cometer estafas en todo el territorio nacional.

La operación, denominada Tantudem, se inició a principios de 2020 y la han llevado los agentes del Equipo de Patrimonio de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de Sevilla. El grupo criminal, plenamente jerarquizado y con reparto de funciones, estaba ubicado en una zona concreta de la Comunidad de Madrid, y estaba especializado en estafar importantes sumas de dinero mediante el engaño a empresarios del sector de la hostelería principalmente.

Aprovechaban las horas de máxima afluencia de público a sus locales para hacerles llamadas telefónicas. En ellas, se hacían pasar por empleados de compañías suministradora de fluido eléctrico, gas o agua, y les hacían creer que tenían recibos sin pagar y amenazaban con el corte inmediato del suministro si no hacían frente al pago de dichas facturas.

Las victimas que recibían las llamadas telefónicas, ante la circunstancia de estar trabajando y estar abierto en horas de máxima afluencia de público, no dudaban en abonar rápidamente las cantidades económicas interesadas. Posteriormente, cuando realizaban las comprobaciones oportunas, se daban cuenta de que habían sido engañados y estafados, en la mayoría de los casos con importantes sumas de dinero.

Para llevar a cabo este tipo de estafas, los autores cuentan con personas que disponen de cuentas corrientes a su nombre. En la mayoría de los casos, esas cuentas se abren exclusivamente para realizar las estafas y, una vez obtenido el dinero, se cierran o se quedan sin saldo. Casi todas la cuentas fueron abiertas uno o dos días antes de que se cometiesen las  estafas.

También se situarían en este escalón aquellas personas que son utilizadas, con su consentimiento o sin él, para obtener teléfonos móviles con los que llevar a cabo las comunicaciones con las víctimas. En la mayoría de estos casos los teléfonos móviles son puestos a nombre de personas a las que les han robado sus documentos de identidad o bien a nombre de personas extranjeras a las que es imposible localizar, con lo cual el usuario real del teléfono queda perfectamente a salvo de ser identificado.

La forma de llevar a cabo estas estafas es la siguiente: en primer lugar los responsables buscan personas que estén dispuestas a abrir cuentas bancarias a su nombre para que se puedan realizar los ingresos mediante transferencias. Normalmente, los titulares de las cuentas obtienen como beneficio un tanto por ciento de dichas transferencias.

Una vez que tienen dicha infraestructura montada solamente tienen que llamar a empresarios del sector de la hostelería, en horas y días de máxima afluencia de público, haciéndose pasar por empleados de compañías suministradoras de servicios de primera necesidad hasta lograr engañarles para que accedan al pago de supuestas deudas de facturas atrasadas.

La operación continúa abierta y no se descarta que haya más víctimas. El caso está abierto en los juzgados de Sevilla. 

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