La noche de Halloween fue de mucho más trato que truco en las casas con hijos adolescentes. En realidad, todas las noches de viernes, sábado o vísperas de festivo. Pero en esta ocasión, el miedo estaba en el aire, y no precisamente por los disfraces de fantasmas, brujas, vampiros y demás esperpentos que se vieron por las calles. Hasta dos dinosaurios se pasearon por Nervión.

No, el miedo o mejor, la precaución era porque el alcalde se atrevió a decir lo que muchos padres intuyen desde hace tiempo: Halloweeen está pasando a ser una de las noches donde se enciende el sentido arácnido“ de padres y madres como ocurre con la madrugada o los festivos en la Feria.

El trabajo previo de Policía, tanto local como nacional, y Guardia Civil ha calado en los hogares con hijos en edad de disfrutar de las calles y ante la temida frase: "Mamá voy a quedar para Halloween" la respuesta ha sido en muchas ocasiones, "mejor te vienes aquí con tus amigos, veis unas pelis de Netflix y os quedáis tranquilos que está la cosa regular". 

Algunos de los jóvenes algo ya intuían porque habían tenido charla de la Policía Local en el Instituto y, esta vez, pusieron poca resistencia al plan ofrecido por los padres. Eso sí, habrá que hacer un estudio sobre si aumentaron los servicios de cena en bares y restaurantes para parejas maduras porque el salón de su casa estaba ocupado por adolescentes vestidos como en las peores pesadillas de cualquiera. 

En cualquier caso, es cierto que había menos fantasmas, brujas y vampiros por las calles que otros 31 de octubre, incluso se percibían menos personas en las zonas habituales de botellona. Muchas más fiestas privadas y una opción que cada vez va teniendo más adeptos en la ciudad. Las celebraciones de Halloween en comunidades de vecinos. Guste más o menos, además de ser una excusa para salir a la calle vestidos de mamarracho, como dirían nuestras abuelas, es una oportunidad para conocer a ese vecino que no sabes ni que existía... aunque sea vestido de Drácula.