Asesinato machista

Jacqueline, de 31 años, es la cuarta víctima de la violencia machista en Sevilla en lo que va de año

Pasa a disposición judicial el asesino de su ex pareja en Montequinto. / Juan Carlos Vázquez

Jacqueline, la mujer de 31 años y nacionalidad guatemalteca que ha muerto este sábado tras ser apuñalada ayer por su ex pareja, es la cuarta víctima de la violencia machista en la provincia de Sevilla en lo que va de año. Otras tres mujeres han sido asesinadas por sus maridos o ex parejas durante 2022. Dos de las fallecidas eran ciudadanas extranjeras y también dos de los agresores.

El primero de los asesinatos machistas de este año tuvo lugar en la calle Ágata, en la Macarena, el 25 de abril, aunque el cuerpo de la víctima no se encontraría hasta finales de junio. Virginia G. T., de nacionalidad boliviana y de 51 años, murió asfixiada en manos de su ex pareja, Alfredo G. C., también boliviano.

El presunto autor del crimen envolvió el cadáver en unos plásticos negros y lo trasladó en una carretilla hasta el río Guadalquivir, donde lo ocultó entre unos juncos. Fue allí donde lo descubrieron los agentes del Grupo de Homicidios el 21 de junio, después de que estrecharan el cerco sobre el asesino y éste terminara confesando. La Policía sospechó de la ex pareja de la víctima desde el principio. 

Un segundo asesinato machista se produjo en el mes de junio y también en Dos Hermanas, donde un hombre mató a cuchilladas a su mujer y luego se suicidó. En el dormitorio principal, los policías encontraron los cadáveres de dos personas. Una mujer desnuda yacía en el suelo, completamente hinchada por los gases de la descomposición, con aparentes signos de violencia. Tenía varias heridas inciso contusas, probablemente causadas por un cuchillo, tanto en el tórax como en la espalda.

El tercer crimen machista tuvo lugar el 13 de agosto, cuando aparecieron los cadáveres de una pareja en un transformador abandonado de la calle Manuel Velasco Pando, próxima al centro comercial Los Arcos. La Policía confirmó que se trataba de un crimen machista, en el que él había matado a su pareja y se había suicidado después. Se trataba de una pareja residente en las Tres Mil Viviendas que llevaba unos días residiendo en el transformador.

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