Obituario

Luis Díaz del Río, el arquitecto que soñaba con subir escaleras

  • A punto de cumplir los 100 años, fue uno de los ‘cerebros’ de la plaza de Cuba

El arquitecto Luis Díaz del Río, en una imagen de 2010.

El arquitecto Luis Díaz del Río, en una imagen de 2010. / D. S.

Le faltaban ocho meses para cumplir los cien años. El sábado falleció Luis Díaz del Río (Berdún, Huesca, 1923-Sevilla, 2022), el decano de los arquitectos de una ciudad a la que llegó en 1953, con 30 años cumplidos, y que había conocido de regreso de un viaje de estudios a Marruecos. Un año después de su llegada a Sevilla contrajo matrimonio. Aprobó las oposiciones para arquitecto de Hacienda.

Nació el 26 de enero de 1923 en un pueblo oscense del camino de Santiago, en la ruta de Roncesvalles. El primer año de la dictadura de Primo de Rivera. Ha conocido todos los regímenes posibles. La familia vivía en Huesca cuando se produce el sofocado levantamiento de Galán y García Hernández. Se trasladan a Madrid en mayo de 1936.

Su adolescencia coincidió con la guerra civil. Benjamín de una terna de tres varones. El mayor ejerció la medicina. El segundo, que vive con 101 años, es marino, el oficio de la familia. A don Luis nunca se le notaron los años. Ejerció la arquitectura hasta hace bien poco y cuentan que en sus últimos días de vida no dejaba de dibujar. Decía con mucha gracia que menos plazas de toros había hecho de todo. Autor de tres de los cuatro bloques de la Plaza de Cuba, vivía en la séptima plata de uno de ellos. Durante quince años fue arquitecto conservador de la plaza de España, en cuyo banco de Huesca lo senté ya nonagenario para la serie Plaza de España.

Padre de cuatro hijos: Luis, Ángel, Jorge y Aurora, abuelo de siete nietos. Ángel y Aurora siguieron sus pasos en la arquitectura. El primero fue decano del Colegio de Arquitectos. También ejerce esa profesión su nuera, Ana Yanguas, sobrina-nieta del poeta Luis Cernuda. Hombre siempre jovial, en un paseo por la ciudad, al contemplar las Setas de la Encarnación comentó sobre la obra de Jürgen Mayer: “Ya era hora de que hicieran algo interesante. Para hacer siempre lo mismo, mejor que cierren la Escuela de Arquitectura”. Escuela donde fue catedrático de Proyectos Fin de Carrera y profesor de Procedimientos de Expresión.

Su última obra en Sevilla fue la rehabilitación de la Casa de los Artistas en la esquina de Feria con Viriato para residencia de personas mayores. Autor de los edificios del Círculo de Labradores y del Club Pineda, aunque no sabía montar a caballo. Aprendió a esquiar en las pistas de Candanchú. Admirador del Carnaval de Venecia, siempre tuvo el anhelo de escribir un libro sobre escaleras. Ha muerto en el año 22, un número que le marcó. Su primera vivienda fue en Asunción, 22. Su primera obra, en Virgen de Luján, 22. Su estudio estaba en Canalejas, 22. Esquina con Gravina.

En la playa de Mazagón hizo un chalet familiar con la impronta de Le Corbusier. “Mis maestros son los vientos de la época, el racionalismo, el funcionalismo”.

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