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Obituario

Pedro Ruiz-Berdejo, un pionero del andalucismo civil

  • Nació en el 29 y fue un entusiasta defensor de la Exposición del 92

Pedro Ruiz-Berdejo.

Pedro Ruiz-Berdejo. / D. S.

Hombre bueno, en el sentido que Antonio Machado le daba en sus versos a esa palabra, el miércoles de Feria, festivo en Sevilla, murió Pedro Ruiz-Berdejo Gutiérrez (Sevilla, 1929-2022). Niño nacido en el 29, fue un entusiasta de la Exposición del 92, hasta el punto de que en el vigésimo aniversario del certamen, en 2012, el entonces alcalde de la ciudad, Juan Ignacio Zoido, lo nombró comisario de los actos que recordaran el certamen que le cambió la faz a la ciudad. Para ello, reunió a los tres alcaldes de Sevilla implicados en la Expo, el que la gestionó (Luis Uruñuela), el que abrió la ciudad en canal para las obras (Manuel del Valle) y el que la inauguró (Alejandro Rojas-Marcos).

Quiso el azar o el destino que dos de esos tres alcaldes fueran andalucistas. Pedro Ruiz-Berdejo representó siempre un andalucismo civil, racional y emocional al mismo tiempo, uno de esos pioneros junto a José Luis Ortiz de Lanzagorta, Manuel Ruiz Lagos o Emilio Lemos Ortega, cuyas ‘Cartas de un ciudadano a la conciencia de un ciudadano’ todavía nos interpelan más de medio siglo después.

Ruiz-Berdejo tenía siete años cuando fusilan a Blas Infante, a quien conoció de niño por la amistad que unía al notario de Coria con el padre de este abogado. Pedro Ruiz-Berdejo fue uno de los fundadores de la Fundación Blas Infante, de la que era su vicepresidente. Causa en la que siempre fue con su amiga María de los Ángeles Infante, una de las hijas del padre de la Patria Andaluza. El 4 de diciembre de 1978 participó en el Pacto de Antequera convocado en la ciudad malagueña por su amigo Plácido Fernández-Viagas, primer presidente de la Junta de Andalucía.

Uno de los cuatro hijos de Pedro Ruiz-Berdejo, jerezano con tierras y bodegas, y Sofía del Castillo, nacida en Filipinas. Su madre se trajo a sus dos hijos varones a Sevilla a estudiar Derecho. Una vocación que Ruiz-Berdejo transmitió a dos de sus cuatro hijos, Pedro y Adelaida. El bufete familiar estaba en la casa de la calle O’Donnell, que fue hotel en la Exposición de 1929 y hospital de requetés durante la guerra civil.

Fue presidente de la Comisión Ciudadano Pro-Exposición Universal. Cuando Felipe González nombró comisario a Manuel Olivencia, Ruiz-Berdejo fue a ver a este hombre de su generación (también nacido en 1929) que fue su profesor de Derecho Mercantil en quinto de carrera. Visitó todos los pabellones de la Expo 92 y tenía a gala haber visto muchas veces el espectáculo Azabache. Del elenco de esa obra estelar de la Expo, Imperio Argentina se alojó en la casa de su hijo y a Juanita Reina la vio cantar jovencísima con ocasión de una visita a Sevilla del mariscal Petain.

Representaba una Sevilla fiel a sus tradiciones pero no anclada en ellas. Una enciclopedia del pasado con permanente vocación de futuro. Acompañó al alcalde Félix Moreno de la Cova a Estados Unidos para el hermanamiento de Sevilla con Kansas City, de lo que queda una Avenida camino del aeropuerto y la estatua ecuestre del indio junto a Santa Justa. Para conmemorar los veinte años de la Expo, entre sus sugerencias figuraban una regata entre los puentes hechos para la Expo, una degustación de productos gastronómicos del certamen y un espectáculo de sevillanas. Ha querido el azar que muera el miércoles de Feria. Ayer se ofició el funeral por su eterno descanso en la basílica del Gran Poder, de la que era hermano.

Casado con Adela, deja cuatro hijos (Pedro, Adelaida, José Antonio y Pablo). Su sobrino Manuel, hijo de su hermano Manuel Antonio, cuenta que en cada cumpleaños su tío siempre le regalaba un libro de Blas Infante. El Ideal Andaluz era su libro de cabecera. En 2008 recibió la medalla de Oro de la Provincia junto a la actriz María Galiana, el psiquiatra Luis Rojas-Marcos y el periodista Carlos Herrera.

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