El derecho al descanso

La Policía cierra el bar de música que denunciaron vecinos de Los Remedios

El bar 'Flow Latino' cerrado el pasado sábado en Los Remedios.

El bar 'Flow Latino' cerrado el pasado sábado en Los Remedios. / Juan Carlos Muñoz

Cuatro días después de que los vecinos de la calle Virgen del Refugio, en Los Remedios, denunciaran en este periódico las molestias que ocasionaba el bar Flow Latino, la Policía Local ha cerrado dicho establecimiento, que cuenta con una orden de clausura de Medio Ambiente por no respetar los límites de sonido e incumplir el horario establecido para desarrollar su actividad. También se le impone a su actual titular una multa de 3.750 euros.

En las inmediaciones de este negocio se habían producido peleas que fueron grabadas por residentes de la zona y que, además de la inseguridad que provocaban, impedían conciliar el sueño. Una situación de la que se lleva alertando desde hace 10 años, cuando el local estaba en manos de otros hosteleros.

Fuentes municipales han informado a Diario de Sevilla de que la Policía Local se presentó en este negocio, situado en el número 6 de la calle Virgen del Refugio, el pasado sábado, 15 de enero, a las 23:20. El bar se encontraba abierto al público en ese momento, cuando los agentes procedieron a inspeccionarlo. Media hora después, a las 23:50, se levantó un acta de precinto por una orden de clausura impuesta por el servicio de protección ambiental de la dirección general de Medio Ambiente, Parques y Jardines.

Con orden de clausura desde el 9 de diciembre

Dicha orden –a la que ha tenido acceso este periódico– se impuso mediante resolución hace poco más de un mes, el 9 de diciembre de 2021, y contra la que no se ha presentado alegación ninguna. Responde a la visita al local realizada por la Inspección de Disciplina Ambiental el 1 de diciembre, un servicio en el que se detectó que el establecimiento de ocio nocturno, especializado en música latina, incumplía varios requisitos para desarrollar la actividad que los vecinos venían denunciando desde 2012.

El primero de ellos concierne a la modificación de los componentes del equipo de audio de la instalación musical, que, según el informe de la inspección, “carece de limitador de presión acústica”, un déficit que habían denunciado los vecinos, que llegaron a medir el ruido en una vivienda situada justo encima del local. Se alcanzaron 48 decibelios, cuando la normativa prohíbe pasar de los 30 a partir de las diez de la noche.

“En consecuencia, la instalación acústica descrita en el expediente [...] no se corresponde con la instalación acústica actual”, refleja el informe, que abunda en que las instalaciones, en general, “no se corresponden con las establecidas en la documentación técnica obrante en los referidos expedientes”.

Abierto hasta las 8:15

También se apunta a “un incumplimiento del horario establecido”, con denuncias presentadas durante varios días de noviembre del año pasado, en los que los vecinos aseguran que el bar se encontraba abierto a las 4:49, 4:30 y hasta “las 8:15 del 8 de noviembre de 2021”. La gerente del negocio, en declaraciones a este periódico, aseguró que su licencia de apertura le permite tener funcionando el establecimiento hasta las 4:30 y que nunca había sobrepasado este límite, algo que sí hicieron los anteriores dueños. De igual modo, aseveró que varios agentes habían estado en el local y que nunca se lo habían cerrado, pues comprobaron que el ambiente en su interior era “tranquilo”.

Unas declaraciones que entran en contradicción con el acta de la inspección y con la resolución firmada por Medio Ambiente que, ante la falta de alegaciones en el plazo establecido, mantiene la orden de clausura impuesta el 9 de diciembre y ejecutada el pasado sábado, cuando los agentes locales comprobaron que el bar seguía funcionando en las mismas condiciones de hace un mes. Al cierre se suma una sanción de 3.750 euros a su dueña por los incumplimientos referidos.

La orden de clausura seguirá vigente hasta que la propietaria hostelera “retire los elementos no autorizados y se repongan las instalaciones y el local conforme a la legalización concedida –que es de bar con música y sin cocina– o se legalicen los elementos no legalizados mediante la modificación de la legalización concedida, cuya realización deberá justificarse ante el servicio de protección ambiental”. Los vecinos tenían constancia de que existía esta orden de cierre y que la dueña no la había cumplido.