Sevilla

Revisión a corazón abierto

  • Termina la inspección de la veleta, a la que se han levantado las tapas de registro en el pecho y en la cadera.

Los técnicos del Instituto Andaluz del Patrimonio (IAPH) finalizan este viernes los trabajos de inspección del Giraldillo, practicada in situ gracias a los andamios que instaló el Cabildo Catedral para evaluar el estado de conservación de los dos cuerpos superiores del alminar. A continuación se procederá a una puesta en común de las observaciones llevadas a cabo por distintos especialistas y a elaborar la correspondiente memoria de la inspección que se remitirá al titular del bien: el Cabildo Catedral.

Los técnicos del IAPH han tenido que levantar las dos tapas de registro con las que cuenta la estatua (en el pecho y en la zona derecha de la cadera ) con la finalidad de llevar a cabo la auscultación de la estructura interna de la veleta. La tapa localizada en la cadera se considera realizada en el siglo XVIII, mientras que la del pecho se habilitó en los años ochenta del siglo XX aprovechándose el agujero -oculto mediante chapas de bronce, como apósitos, para cerrarlo de mala manera- que se había producido por el deterioro propio del paso del tiempo.

Vídeo: Antonio Pizarro

El IAPH restauró el Giraldillo de Morel hace ya más de seis años. Mientras duró la obra, la Giralda estuvo rematada por una réplica que ahora luce en el atrio de la Puerta del Príncipe. Con motivo de la bajada de la veleta, la subida de la réplica y la posterior reposición de la original, se habilitó el cuerpo superior de la torre una oficina de control para evaluar el comportamiento de la réplica del Giraldillo en primera instancia y del original ya restaurado después. Se medía la fuerza del viento y se evaluaba el sistema de giro y la eficacia del pararrayos. Seis años después, el cuarto de control ha sido desmantelado. Fuentes del IAPH no aclararon este viernes a este periódico si se instalará algún sistema de control remoto de la evolución de la veleta. El IAPH tan sólo se limita a confirmar que los técnicos han aprovechado los andamios del Cabildo para examinar el estado de la veleta. El Cabildo Catedral, preguntado al respecto, tampoco tiene constancia oficial de nada. El órgano rector del templo ignora si el IAPH dispone de información sobre el funcionamiento de la veleta por otros medios técnicos que no sean los que se instalaron en su día en la oficina ya desmantelada. En la dependencia habilitada al efecto por aquel entonces tan sólo quedan las mesas, dos sillas, cables pelados, cuadernos de seguimiento de los vientos trabajados a mano y el aviso que dejó un técnico con su nombre y número de teléfono en caso de incidencia.

Un primer trabajo de observación realizado en la mañana del pasado 17 de enero por el equipo de conservación de la Catedral que dirige el arquitecto Alfonso Jiménez, maestro mayor del templo metropolitano, sí permitió concluir que el Giraldillo goza de un buen estado de salud. Jiménez subió a lo más alto del alminar y comprobó que la Giganta no presenta ningún problema aparente ni de funcionamiento ni respecto a los materiales. Ahora sólo falta conocer el dictamen de los técnicos del IAPH.

Este periódico acompañó a Jiménez y a varios técnicos y fue testigo de este primer trabajo de observación realizado casi siete años después de la reposición de la veleta de Morel. Al Giraldillo no le falta ninguna pieza y sigue teniendo movilidad. Sí se apreció en aquella visita, en cambio, que dos de los cuatro pararrayos resultaron dañados en la última tormenta del pasado otoño, por lo que serán reparados estos días.

Alfonso Jiménez, que este año cumple 33 años de subidas a la Giralda para tareas de conservación, aprovechará el andamio para colocar un contador de rayos dentro de la cúpula y obtener información más precisa al respecto. El único problema de conservación, si cabe, es la abundante vegetación que ha aflorado desde 2005, que será eliminada. Los técnicos del propio templo también confirmaron en esa primera inspección visual que no existen huellas de aves ni desperfectos apreciables.

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