Ocho meses después de que entrara en vigor el actual macrocontrato para la conservación de las zonas verdes, el gobierno de Juan Espadas ha sacado a licitación pública el plan director del arbolado urbano. Este texto pretende ser una guía donde se establezcan las bases para la gestión de la masa forestal de la capital andaluza, debido al a importancia que el patrimonio verde tiene en una ciudad que supera durante medio año los 30 grados. El importe de la adjudicación es de 45.375 euros. 

En la introducción del pliego se especifica que “de los árboles que se plantan hoy se espera que permanezcan durante décadas en la ciudad”. “A diferencia del resto de elementos del mobiliario urbano, en términos monetarios, es una inversión que no se desvaloriza con el paso del tiempo, sino que se revaloriza”, añade la propuesta, que estima “necesario” articular planes “a medio y largo plazo” para conseguir una serie de objetivos en este ámbito.

El plan director ha de describir las acciones concretas para llevar a su “óptimo estado” el arbolado, una iniciativa que condicionará la labor que desarrollan los servicios y empresas municipales del Ayuntamiento hispalense. Por tal motivo, llama la atención que este plan salga a licitación cuando ya lleva ocho meses en funcionamiento el nuevo macrocontrato para las zonas verdes de la ciudad, por valor de 54 millones de euros y adjudicado a ocho empresas.

La redacción del plan partirá de un análisis de la situación actual del arbolado, para el que el departamento de Parques y Jardines pondrá a disposición del adjudicatario toda la información que se posee al respecto. El estudio ha de incluir, entre otros aspectos, un informe cuantitativo y cualitativo del arbolado, las tipologías según el entorno, las carencias y problemas en la gestión actual y la aportación al paisaje de Sevilla.

A partir de este diagnóstico se elaborará una propuesta de gestión que debe abordar los proyectos de nueva plantación, la conservación de los alcorques, marcar las directrices de ocupación del subsuelo por los servicios públicos, la selección de especies, establecer la pautas para las podas, el reciclaje de los restos de éstas y de la naranja amarga, el tratamiento de las palmeras y, lo que es más importante, la elaboración de una ordenanza municipal que regule todo lo concerniente al arbolado de la ciudad.