La Sevilla de Zoido

El proyecto político del PP. El nuevo alcalde se ha comprometido a reducir los impuestos, conseguir un equilibrio en los presupuestos públicos y gestionar con eficacia, transparencia y austeridad. Zoido va a centrar la mayoría de sus reivindicaciones políticas ante la Junta a sólo diez meses para las autonómicas

Carlos Mármol

19 de junio 2011 - 07:13

La Sevilla que ha dibujado Juan Ignacio Zoido en su programa electoral -la agenda política a partir de la cual habrá que juzgar su gestión al frente del gobierno municipal- augura la transformación de Sevilla en una especie de confederación helvética. Una Suiza sevillana en la que todo debe funcionar con criterios de eficacia, transparencia y austeridad; donde el equilibrio presupuestario es una tarea factible, y en la que la urbe se caracterizará por ser una ciudad limpia, segura y atractiva para invertir.

El cumplimiento de todos estos objetivos, dada la delicada situación de las arcas municipales y la coyuntura global de crisis económica (especialmente intensa en Sevilla en el capítulo social) requiere por parte del nuevo gobierno local una especie de cuadratura del círculo. Y los círculos, hasta ahora, siempre han sido redondos. No lo tiene nada fácil el nuevo alcalde si pretende gobernar exclusivamente sobre la pauta de su oferta electoral, sin hacer modificaciones (aplicando lo que el PSOE llama su agenda oculta) que contradigan el discurso populista y sentimental con el que el PP se ha alzado con la victoria electoral en Sevilla.

El capítulo prioritario para los populares va a ser la evaluación (y posterior amplificación mediática) de las cuentas públicas. Una táctica que tiene una derivación técnica (el análisis de la coyuntura en la que tendrá que empezar a gobernar Zoido) pero también política. Sin haber todavía encargado las auditorías anunciadas, el PP ha empezado a sacar de la caja del traspaso de poderes (entregada por Monteseirín antes del relevo) todos informes que alertan de los sobrecostes, desviaciones presupuestarias y excesos de gestión del gobierno anterior. Si esta táctica (hasta cierto punto lógica) busca únicamente lograr cierto grado de transparencia o persigue una labor de erosión externa para justificar la imposibilidad de cumplir el programa electoral sólo lo irán diciendo los acontecimientos, pero lo cierto es que, amén del reparto del poder municipal (proceso en el que Zoido ha evitado señalar un primus inter pares para evitar afianzar un poder secundario dentro de su gobierno), la primera semana de la era Zoido se ha caracterizado más por las denuncias (tal y como ha ocurrido en los cuatro años de oposición del PP) que por las propuestas de gobierno o las decisones de fondo.

El nuevo regidor tan sólo ha mencionado algunas cuestiones de la agenda política que piensa abordar, aunque sin establecer un calendario cierto. Así, ha dicho que cumplirá sus promesas de bajar los impuestos (sin explicar cómo compensar la pérdida de ingresos derivada de esta decisión) y derogar el Plan Centro, lo que supone desperdiciar la inversión hecha por Monteseirín para su implantación. Cosa que no termina de casar con la promesa de austeridad que pregona el nuevo gobierno. La idea de reducir la presión tributaria (centrada en los empresarios y en las familias) y la mejora en la ejecución de las obras públicas (Zoido ha prometido crear una oficina de control presupuestario y otro organismo sólo para coordinar las obras municipales, tarea que ya ensayó en su día sin éxito el PA) apenas han sido las únicas propuestas programátican mencionadas por el PP, junto a ocurrencias como la revisión estética del mobiliario del Casco Histórico, idea de la que desistieron apenas constatar la reacción general de oposición a dicha propuesta.

El equipo de Zoido anda con mucho tiento y se limita por ahora a rentabilizar en su beneficio la herencia recibida, que aunque no es buena a la larga no será excusa para no gobernar. El segundo eje político del nuevo gobierno ha sido (y seguirá siendo) la reivindicación ante la Junta de Andalucía, cuyo poder disputará el PP en diez meses en las próximas elecciones autonómicas. Zoido seguirá de diputado en las Cinco Llagas y, hasta ahora, sus mensajes han sido suaves pero firmes. Quiere un Metro distinto al de la Junta, plantea obtener un colchón financiero reclamando la capitalidad (con porcentaje fijo de inversiones y compensaciones económicas), pedirá más cursos de formación y ha empezado a tensar el arco institucional hasta por la ralentización de las obras del AVE al aeropuerto. Zoido está concentrado en repartir el poder interno con cuentagotas y marcar el territorio. Todo lo demás todavía es un misterio.

SEGURIDAD. La idea de ciudad que se desprende del programa electoral de Zoido implica una reforma integral de la Policía Local. El nuevo regidor, que ha confiado esta área a un delegado no electo, quiere ser quien se ocupe de coordinar todas las fuerzas de seguridad en la ciudad (cosa que no es posible sin una reforma legal a título estatal), que el cuerpo municipal funcione como policía judicial (sobre todo en materia de violencia doméstica y accidentes laborales) y, en general, que haya muchas más patrullas policiales en los barrios, colegios y zonas con mayores problemas. Su plan contempla ampliar la actual plantilla en 300 agentes, hacer una academia municipal (existe ya una autonómica) y aplicar de forma rigurosa, aunque dando alternativas a los jóvenes (proyecto Caja Mágica) la actual normativa antibotellón, asunto éste al que el PP dedica un capítulo especial (referido al ruido) en su programa. El PP promete hacer un nuevo parque de bomberos en la calle Eduardo Dato.

VÍA PÚBLICA. Nueva ordenanza de limpieza, implantación integral del plan de soterramiento de los contenedores, cierre (concertado) de los parques y control riguroso sobre el impacto social y económico de las obras municipales.

ATENCIÓN SOCIAL. El PP reclamará a la Junta un centro social por cada 100.000 habitantes y recupera la idea del bonobús solidario de IU pero aplicándolo, en lugar de a los parados, a mayores de 65 años (sin importar su renta). Habrá cheque-guardería en función del sueldo familiar y becas de comedor escolar para las familias sin recursos económicos.

LA REFORMA DEL PGOU. Una de las cuestiones que va a marcar la nueva etapa municipal va a ser la decisión de Zoido de "abrir lo que haga falta el Plan General de Sevilla". El PP se abstuvo en 2006 a la hora de aprobar el PGOU, cuya revisión no estaba prevista hasta dentro de una década. El nuevo alcalde, sin embargo, quiere acometerla este mandato (en este campo no ha hablado aún de consenso) con el argumento de la creación de empleo. En su programa lo dice abiertamente: "Queremos rediseñar la ciudad". Una afirmación llamativa: la revisión integral del Plan apenas tiene un lustro de vida. Bastante menos de lo que marca la norma.

PATRIMONIO. El enfoque que el PP le da en su programa al urbanismo hace mucho más hincapié en la vertiente patrimonial (especialmente en el casco histórico y en la zona monumental de la Exposición del 29) que en las políticas de cohesión social. Quieren crear una Oficina del Centro y exigir a la Junta más dinero para rehabilitación, así como revisar desde el origen todos los planes y catálogos de los diferentes sectores del casco histórico, muchos de ellos recién aprobados y adaptados a los criterios del nuevo Plan General.

EL GUADALQUIVIR. Zoido plantearedactar un Master Plan del río Guadalquivir para convertirlo en el símbolo de la capitalidad de Sevilla. Esta idea procede de los trabajos de redacción del Plan General, incluida su visión simbólica a partir de los barrios que pueden ser reequipados gracias a las riberas fluviales.

REPROGRAMACIONES. El PP defiende claramente en su programa hacer un nuevo calendario para aplicar el PGOU y desarrollar los sistemas generales de la ciudad, cuya financiación íntegra se gastó Monteseirín en casi todos sus proyectos estrella.

LICITACIÓN. Creación de una Oficina de control de obras y un nuevo reglamento de contratación para evitar las desviaciones presupuestarias en las contratas municipales. Nueva ordenanza de licencias.

LA GERENCIA. El PP quiere cambiar la Gerencia de Urbanismo, pero todavía no está claro cuál es su modelo. En el programa se limita a criticar las duplicidades del gobierno PSOE e IU más que a proponer un nuevo organigrama. Emvisesa queda fuera de su control. Tendrá que contruir al menos 1.000 VPO al año.

METRO. La principal batalla política del nuevo alcalde con la Junta de Andalucía es el diseño de la red del Metro. La Junta trabaja en el desarrollo de las líneas 2,3 y 4. El PP reclama la aplicación de otro modelo, pero su propuesta cuesta 1.500 millones de euros más (sólo en los tramos urbanos) y otro tanto en los metropolitanos.

PLAN CENTRO. El nuevo alcalde derogará este proyecto que limita el acceso de los vehículos privados al centro y que, hasta ahora, había funcionado razonablemente bien a pesar de su pésima gestión previa. La medida implica tirar por la borda la inversión económica hecha para su implantación.

TARJETA ÚNICA. Una promesa que llevaban todos los partidos políticos en sus programas pero que toca sacar adelante a Zoido: unificar en un título de viaje exclusivo los billetes de Metro, tranvía y autobuses urbanos y metropolitanos. Su aplicación, sin embargo, depende del acuerdo con la Junta. Es una promesa virtual.

PLAN DE MOVILIDAD INTEGRAL. A pesar de los criterios de movilidad del PGOU, y sobre el que se había aplicado la política municipal en estos años, el PP planea hacer su propio plan integral, aunque en su programa no se dan muchos detalles. Proponen instalar lanzaderas de autobuses express a hospitales, polígonos industriales y universidad, aunque sin explicar ni su coste ni su financiación.

PEATONALIZACIONES/CARRIL BICI. Zoido no abordará más procesos de eliminación del tráfico de las calles sin el consenso vecinal y comercial. El carril bici será reformado para mejorar algunos de sus tramos. Tampoco se aplicará la política de sentido único en ninguna calle sin consenso previo.

TAXI. Los taxistas no tendrán restricciones para acceder al centro.

TRANSPORTE PÚBLICO. Zoido propone crear un autobús fluvial regular (idea que en su día esbozó el PGOU) y "flexibilizar las líneas de Tussam", que quiere ampliar con vehículos no contaminantes. La aplicación de estas políticas depende del plan de salvación de esta empresa municipal.

APARCAMIENTOS. La construcción de parkings ha sido uno de los ejes electorales del PP. Su programa promete la construcción de estacionamientos para residentes (junto a inversores privados), parkings disuasorios (financiados con fondos públicos) y hasta zonas (500 plazas) para motos. Todos ellos, salvo el de motos, están previstos en el PGOU, aunque hasta ahora no se han abordado.

FORMACIÓN. Casi toda la oferta de creación de empleo y actividad económica del programa del PP se basa en atraer inversores (creando determinadas condiciones) y mejorar la formación a través de los cursos y talleres formativos. El equipo de Zoido reclamará a la Junta una "oferta suficiente" de estos cursos y plantea realizarlos en colaboración con la iniciativa privada.También proponen programas para fomentar el autoempleo (en colaboración con la Cámara de Comercio) y crear nuevas empresas.

ZONA FRANCA PORTUARIA. La gran apuesta estratégica del PP para impulsar la industria sevillana es la creación de una Zona Franca en el Puerto de Sevilla, competencia que, sin embargo, no es del ámbito municipal. Zoido puede reclamarla pero no crearla.

TEJIDO EMPRESARIAL. El programa popular garantiza el apoyo del Consistorio a las empresas sevillanas, plantea actuaciones en los polígonos industriales (en materia de urbanismo y transporte público), la potenciación del aeropuerto desde el punto de vista logístico y comercial (cuestión dependiente del Estado) y el desarrollo de los suelos industriales del Plan General de Ordenación Urbana. También hace suya la idea de IU de fomentar la economía social.

C0MERCIO. La oferta programática del PP en materia de comercio se centra en satisfacer las demandas del sector más tradicionalista del gremio. Se hará para él un plan de accesibilidad al centro (con la creación de una tarjeta única de transporte, parkings rotatorios y, a largo plazo, el Metro); se le da capacidad de interlocución en la política de movilidad y se trabajará con ellos en la promoción de los centros comerciales abiertos y un plan urbanístico específico para el sector comercial. Para los mercados de abastos se plantea un plan de modernización (sin entrar en más detalles) y una nueva ordenanza que regule su actividad comercial.

TURISMO. La estrategia de promoción de Sevilla (la creación de su marca) va a cambiar. El PP sostiene, en el capítulo de su programa en el que habla del citymarketing, que esta cuestión debe centrarse en el activo que supone la imagen del alcalde, "que debe ilusionar a 700.000 sevillanos para el modelo del futuro". Dejando de lado esta singular afirmación, lo cierto es que el menú turístico del programa de Zoido contempla lo habitual (turismo cultural, de congresos, gastronómico, deportivo) con algunas ideas llamativas. La primera: ampliar el horario de los principales monumentos (cuestión a negociar con otras adminitraciones), fomento del turismo náutico (creando un puerto deportivo con pantalanes en la dársena fluvial), habilitar espacios para los autobuses turísticos y no poner ninguna restricción al acceso de los coches privados de turistas que se alojen en hoteles del centro, además de un pacto global con el sector privado para fijar las bases de la nueva estrategia de promoción de la ciudad en el exterior.

EFICACIA. El PP pretende que el Consistorio conteste en sólo 15 días a todas las demandas ciudadanas, desde la información a la consulta de expedientes. Aplicación del concepto sajón de Open Goverment.

DISTRITOS. La descentralización del Ayuntamiento es una de las grandes promesas de Zoido, aunque en el programa electoral tan sólo está esbozada la propuesta de darles más protagonismo político.

PRESUPUESTOS PARTICIPATIVOS. El PP ha terminado asumiendo, aunque con matices, la idea política de IU de que sean los vecinos quienes decidan ciertos asuntos presupuestarios. En lugar de con asambleas, vía on line. También contemplan crear un sistema de licitación para las empresas a través de internet.

MENOS TRÁMITES. Otro de los asuntos en los que Zoido ha insistido durante la campaña es la agilización de los trámites administrativos para conceder todo tipo de licencias municipales. El programa no da más detalles. Tampoco precisa si tal flexibilidad irá en contra de los actuales sistemas de control en los distritos.

CLIENTES, MÁS QUE CIUDADANOS. El PP quiere que la administración local que trate a los sevillanos como clientes más que como ciudadanos. Zoido quiere que la eficacia en la atención sea una obligación para los funcionarios. Su programa plantea crear un canal de información municipal (Línea Sevilla) pero no explica si, ante la falta de una ley de acceso a la información pública, dicho medio servirá para que los ciudadanos tengan conocimiento de primera mano de los expedientes o se limitará a un mero sistema de publicidad institucional.

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