Sevilla

Así salvaron los militares sevillanos de la UME a una mujer y sus dos hijos en Turquía

  • La ministra de Defensa visita a los 42 miembros de la UME que partieron de la base de Morón hacia la zona devastada por el seísmo

  • El BIEM II estuvo desplegado nueve días en Gaziantep, donde sacaron de los escombros a seis personas con vida

  • "Nunca he visto tanta destrucción" 

Rescate de tres personas en Turquía por parte de la UME. / UME

Con la satisfacción de haber salvado a seis personas con vida pero con el gesto contrariado porque entienden que podían haber rescatado a alguna más de no haber sido por la burocracia, los 42 militares españoles, muchos de ellos sevillanos, que estuvieron desplegados en la zona devastada por el terremoto de Turquía recibieron este lunes a la ministra de Defensa. Margarita Robles visitó las intalaciones del Batallón de Intervención en Emergencias (BIEM) II de la Unidad Militar de Emergencias (UME) en su sede de la base de Morón, donde la ministra se emocionó al ver el vídeo del rescate de una mujer y sus dos hijos pequeños por parte del contingente español.

Robles casi ejerció de periodista, pues no paró de preguntarles a los soldados por todos los detalles de su trabajo en Turquía, por los rescates, por cómo se sintieron durante los trabajos y hasta por qué les han dicho sus familias a la vuelta. "Las familias bien, muy orgullosas...", comenzó a decir uno de los militares, al que cortó espontáneamente y con gracia un compañero. "Señora ministra, ¿qué le va a decir la mujer? Que no se vaya más". 

Antes, Robles conoció de primera mano todos los detalles del trabajo de la UME en Turquía. Los militares españoles estuvieron nueve días desplegados. El segundo batallón era el que estaba de guardia para intervención en catástrofes durante el mes de febrero. Esto implica que el contingente tiene que estar listo para partir en seis horas desde que se recibe la llamada para intervenir. Ese tiempo es fundamental para encontar personas con vida, expusieron tanto el teniente coronel Gallego como el comandante Burgos, que lideró la misión española en Turquía. Estuvieron nueve días allí, entre el 6 y el 15 de febrero.

Los militares sevillanos tenían experiencia en seísmos, pues estuvieron en México en 2017, pero allí no pudieron rescatar a nadie con vida. En esta ocasión salvaron a tres personas y localizaron a otras tres que fueron sacadas por otros equipos. El momento más emocionante de la operación fue cuando encontraron a una familia sepultada bajo unos escombros en la localidad de Nurdagi. Era una mujer, Leila, con sus dos hijos de corta edad, Eliv, de cuatro años, y Muslim, de uno y medio, que respondieron con tres golpes a las indicaciones de los españoles.

"Los escuché claramente y supe que allí había alguien con vida", contó a la ministra una de las militares. El proceso se dilató durante 28 horas, en las que hubo que cortar forjados, haciendo antes catas con cámaras para comprobar que no había nadie que pudiera ser dañado y asegurando también la zona para los propios rescatadores.

El padre fue hallado muerto a apenas dos metros. "Quizás su error fue levantarse de la cama. La mujer y los dos hijos estaban en la cama y el padre al lado, que estaba muerto desde el principio porque fue aplastado por una columna. Ellos, en cambio, estaban ilesos". Fueron rescatados cinco días después del terremoto. "En esta ocasión se ha sacado a gente con vida hasta 200 horas después del seísmo. Quizás haya sido el frío lo que ha hecho que aguanten tanto tiempo". 

La madre pudo amamantar a sus dos hijos y mantenerlos así con vida hasta que llegaron los militares españoles. El capitán Cruzado, enfermero del batallón, fue el encargado de rehidratar al bebé y a su hermana, a los que luego visitaron los soldados en el hospital. "Se encontraban perfectamente, ni siquiera tenían frío en el sitio en el que estaban". La ministra planteó la posibilidad de invitarlos a España próximamente. Como también traerá a la voluntaria que ejerció de traductora, que ejerció un papel clave para el trabajo de la UME en la provincia turca de Gaziantep.

"Fue fundamental para facilitarnos el despliegue y que no se perdieran unas horas que eran decisivas", dijo el comandante Burgos. Los militares españoles salieron de Morón en un A-330 del Ejército del Aire y tuvieron el apoyo logístico de los artilleros que están desplegados en misión en Turquía. Sin embargo, se encontraron al llegar con el lógico caos y desorden, que mantenía a otros equipos de rescate sin poder intervenir ni desplazarse.

"Esto es fruto de años y años de entrenamiento, dos semanas antes de irnos a Turquía entrenamos esto mismo en Huelva. Lo dejamos todo preparado, tanto documentación como material, para que si ocurre la emergencia podamos salir en un plazo máximo de seis horas. La clave ha sido llegar rápido y empezar a trabajar cuanto antes, cuando las posibilidades de hallar a gente con vida eran mayores", explicó el teniente Mora.

La ministra pudo conocer el equipo humano que se desplazó a Turquía, así como a los cuatro perros que se enviaron (tres entrenados en la búsqueda de personas vivas y otro en la de cadáveres), así como las condiciones de vida en el campamento en el que se instalaron, donde por la noche la temperatura bajaba hasta los diez grados bajo cero. 

"Lo único que puedo decir es el orgullo que siente España entera de tener unas Fuerzas Armadas, y una UME en este caso, que poniendo en riesgo su vida, en una situación muy difícil, con riesgo de réplicas, fueron hasta el final, salvaron a varias personas y vienen con la impotencia de no haber salvado a más. España entera está con ellos y nos sentimos orgullosos de que en cualquier sitio del mundo donde haga falta estará siempre un hombre o una mujer de las Fuerzas Armadas Españolas para ayudar", explicó la ministra al término de la visita. 

"Me ha emocionado ver el vídeo de cómo sacan al niño y a la niña, el beso que le dan después a los rescatadores. Fue un rescate muy difícil, desde la primera vez que gritan que si hay alguien vivo den tres golpes y los oyen. Me ha impresionado esa madre que da el pecho a los dos niños y es la que va dirigiendo el rescate, e incluso luego le dice que no llore al miembro de la UME que la va a ver al hospital. Me emociona ver cómo se entrega la UME, como lo hizo en la pandemia, sin buscar protagonismo, en un mundo en el que todos se ponen medallas", concluyó Robles.

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