Una broma entre amigos derivó en la pelea previa al crimen de Su Eminencia

La víctima propinó un pequeño golpe con su coche a la moto del agresor, hecho que originó una discusión que fue subiendo de tono hasta que éste decidió vengarse destrozando el vehículo de aquél

El menor, esposado, durante su traslado al juzgado de Menores, al mediodía de ayer en la Buhaira.
Fernando Pérez Ávila

18 de agosto 2012 - 05:03

Una broma entre amigos fue el origen del crimen de Su Eminencia. El agresor y la víctima no sólo se conocían, sino que formaban parte de la misma pandilla y coincidían a menudo en el barrio. Ambos se encontraron a mediodía del pasado jueves en una de las calles de Su Eminencia. El presunto autor del crimen, de 17 años, circulaba con un ciclomotor recién adquirido, mientras que la víctima, Francisco Javier Muñoz Alcántara, de 22, conducía el Seat Córdoba de color blanco propiedad de su novia. Éste quiso gastarle una broma al menor y le propinó un pequeño golpe con el coche a la moto nueva.

Así lo relató el propio adolescente a la fiscal de Menores y al Grupo de Homicidios de la Policía Nacional, que le tomaron declaración entre la tarde del jueves y la mañana de ayer. El menor se tomó a mal la broma y consideró que el coche de la víctima le había causado un daño a su ciclomotor, por lo que pidió a su hasta entonces amigo los papeles del seguro del coche. Éste se los negó de manera despectiva. Se entabló en ese momento una discusión que fue subiendo de tono hasta que se intercambiaron amenazas y terminó con la víctima marchándose hacia otra parte del barrio en la que paraba con sus amigos habitualmente, las calles Valle-Inclán y Trópico, frente a los bloques de La Rosaleda.

El menor no quedó conforme y fue a buscar una barra de hierro -que era una regla de las que se utilizan en albañilería- y un puñal. Con la barra pretendía destrozarle el coche a Francisco Javier, en venganza por no haberle facilitado la documentación del seguro del coche para arreglar el supuesto desperfecto que había sufrido la moto. El adolescente encontró el Seat Córdoba aparcado en la calle Trópico, dejó el ciclomotor en la avenida de la Calesera y cruzó andando hasta donde estaba el coche de la víctima. Una vez allí, comenzó a golpear el vehículo con la barra de hierro, rompiendo la luna trasera y uno de los laterales del mismo.

Al ver que le estaba destrozando el coche de su novia, Francisco Javier se acercó al menor esgrimiento un martillo. El menor respondió a este ataque con un puñal, que clavó dos veces en el tórax de Francisco Javier para luego asestarle una tercera puñalada en el cuello, que le seccionó la garganta. Luego abandonó el lugar a pie con el arma blanca en la mano y dejando tirada en el suelo la barra metálica.

Fue su padre quien llamó a la Policía cuando vio a su hijo regresar a casa con las ropas manchadas de sangre y le contó lo ocurrido. El autor del crimen fue detenido instantes después y pasó la noche del jueves al viernes en los calabozos de la Jefatura Superior de Policía. Durante la tarde del jueves prestó declaración ante el Grupo de Homicidios y al mediodía de ayer fue puesto a disposición del juzgado de Menores, en la avenida de la Buhaira, después de que la Policía apurara las 24 horas que permite el plazo legal de detención en el caso de los menores.

Al no haber magistrados de esta jurisdicción de guardia las 24 horas, el presunto autor del crimen fue trasladado al juzgado de Guardia de detenidos, en el Prado de San Sebastián, donde pasó casi toda la tarde. El juez de Guardia decretó pasadas las ocho el internamiento del menor en un centro de reforma en régimen cerrado, acusado de un delito de homicidio, según informaron a este periódico fuentes judiciales. Por su parte, la víctima será enterrada hoy, después de que se le practicara en el Departamento de Medicina Legal la correspondiente autopsia, prueba que deberá confirmar que la herida del cuello fue la mortal.

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