Asómate / asómate al balcón carita de azucena / Y así verás que pongo en mi canción / Suspiros de verbena. La canción de Muñoz y Padilla, la Estudiantina madrileña que cantan tunas de toda España, se hace realidad en estos días. Se asoman a los balcones personas de todo tipo y rodeadas no sólo de azucenas, sino de geranios, gitanillas y jazmines. Nunca las macetas de las casas de Sevilla tuvieron tanta atención. El coronavirus ha vaciado las calles y llenado los balcones. Como si viniera una cofradía y alguien se asomara a ver si ya se ven los ciriales o se escuchan los tambores.

Los veladores, siempre en el centro del debate, tienen estas semanas forma rectangular y baranda. Mesas, sillas o mancuernas ven la luz y salen del confinamiento al que están relegados el resto del año. Los balcones son ahora lugares de charla, reflexión, fumadores o, incluso, pequeños gimnasios. Desde ellas brota la música, los aplausos de las ocho y alguna saeta en tono humorístico que deleita a algunos vecinos y a miles de tuiteros. El fotógrafo de Diario de Sevilla Juan Carlos Muñoz se asoma durante esta cuarentena a los balcones desde la calle, captando este atípico final de invierno.